Un cincel frío es una herramienta que puede cortar metal “frío”, es decir, sin calentar. Esto es en comparación con otras herramientas de herrería que generalmente se usan solo después de que el metal se ha calentado. A veces, estos cinceles también se denominan «cinceles de carbón». Estos cinceles son fuertes y pesados porque generalmente están hechos de acero templado, que es lo suficientemente duro como para atravesar la mayoría de los otros metales.
Algunos cinceles están hechos de cobre para garantizar que no produzcan chispas. En la mayoría de los casos, sin embargo, el cincel se forja en acero y luego se templa a la llama hasta que su cabeza adquiere un aspecto duro y dorado. Esto le da aproximadamente la misma capacidad de corte que una sierra para metales o una máquina cortadora.
En la mayoría de los casos, un cincel frío no será la elección correcta si se desea una superficie refinada. Están diseñadas para realizar muchas de las mismas funciones que las máquinas de corte, pero por lo general son menos precisas y más difíciles de usar. Esta herramienta puede resultar útil si una máquina de corte no está disponible o está fuera de servicio, o en circunstancias especiales en las que la máquina no puede hacer el trabajo correctamente.
A diferencia de un cincel para trabajar la madera, un cincel frío tiende a ser de color más oscuro y puede que no tenga mango. Técnicamente, hay cuatro tipos principales de cincel frío: los que están equipados con una punta en forma de diamante para hacer cortes afilados o perforar agujeros; los que tienen un cabezal de corte transversal para hacer ranuras o ranuras; los que tienen una hoja redondeada para hacer hendiduras; y los que tienen un cabezal de corte ancho y plano. El tipo más común de este cincel es el cincel plano.
El cincel plano frío se puede utilizar como sustituto de un cincel de mampostería cuando sea necesario, debido a su eje pesado y su hoja afilada. Es capaz de partir ladrillos y piedras casi tan fácilmente como el metal. Los cinceles fríos no hacen cortes muy precisos, por lo que son más adecuados para trabajos en los que se acepta un borde rugoso. Por esta razón, a menudo se utilizan para partir láminas de metal más grandes en pedazos o para quitar el exceso. Los objetos metálicos débiles o preformados, como las tuberías, no suelen ser buenos candidatos para el corte con cincel frío.
Estos cinceles vienen en una amplia gama de tamaños. Algunos son pequeños, diseñados para trabajos delicados, mientras que otros son cinceles extremadamente grandes y pesados que deben golpearse con un mazo o mazo grande. El operador debe sostener el cincel perpendicular a la superficie de metal que desea partir.