Los modos de discurso, también conocidos como modos retóricos, son conceptos que describen los diferentes propósitos de la comunicación y los géneros de composición. La forma en que un autor u orador se acerca a una obra en particular, enmarca la presentación de la misma y describe qué incluir depende de la respuesta deseada de la audiencia. La respuesta deseada dicta qué modo de discurso, o enfoque formalizado para presentar una idea, es el más apropiado.
Muy a menudo, el término «modos de discurso» se utiliza para describir tipos de ensayos u otros trabajos escritos. Al estudiar composición, especialmente en lo que respecta a la composición inglesa y la literatura inglesa, los educadores enseñan cuatro modos discursivos principales, clasificados como exposición, narrativa, descripción y argumento. Si bien estas etiquetas de género se aplican generalmente a obras escritas, los conceptos también se aplican a la comunicación hablada.
Los modos de discurso expositivo y argumentativo son muy similares. Principalmente, las diferencias entre exposición y argumento radican en la cantidad de preparación requerida. Normalmente, un trabajo argumentativo requiere más investigación y evidencia empírica que un trabajo expositivo. Ambos modos implican investigar un tema, revisar y evaluar la información disponible y luego presentar una visión o un argumento claro sobre el tema. Los autores y oradores suelen utilizar la exposición o el argumento para persuadir a una audiencia a favor o en contra de un punto de vista particular.
Los ensayos narrativos y formas similares de comunicación implican más narraciones que trabajos expositivos o argumentativos. En términos de modos de discurso, un enfoque narrativo permite más creatividad, confiando menos en la investigación y más en la capacidad de la audiencia para relacionarse con el escritor o el hablante. En lugar de hechos, cifras y pruebas, la narración permite al creador proporcionar información personal, historias y otros ejemplos experimentales o anecdóticos para persuadir a la audiencia.
Los trabajos descriptivos cubren una amplia gama de temas. Un ensayo sobre la arquitectura de la Capilla Sixtina, por ejemplo, sería un ejemplo de obra descriptiva. Al igual que las narraciones, las obras descriptivas permiten más creatividad que otros modos. A diferencia de una narrativa, las obras descriptivas no tienen por qué presentar una visión personal. En cambio, las obras descriptivas proporcionan una imagen mental clara y vívida para la audiencia, confiando en la percepción, el conocimiento y las emociones personales de la audiencia para evocar ciertas respuestas.
Dentro de cada uno de los cuatro modos principales de discurso, un hablante o un autor promueve el propósito de la comunicación hablada o escrita con enfoques retóricos específicos. Por ejemplo, un ensayo expositivo podría emplear métodos como comparar y contrastar, ejemplos y estudios de casos, o causa y efecto. De manera similar, un discurso argumentativo o persuasivo puede emplear clasificación y división. El uso efectivo de enfoques retóricos dentro de los límites de un modo particular de discurso ayuda a promover el objetivo previsto de un autor o un hablante.