Un árbitro de baloncesto confía en su conocimiento experto de las reglas y regulaciones del baloncesto para oficiar un juego de manera justa. Él o ella deben estar en buenas condiciones físicas, ya que la naturaleza del juego requiere que los árbitros corran, se detengan y giren con frecuencia, todo mientras vigilan cuidadosamente la acción. Además, un buen árbitro de baloncesto es completamente objetivo, asertivo en sus decisiones y efectivo para resolver disputas rápidamente.
Los árbitros en todos los niveles de competencia son esenciales para garantizar un juego justo y seguro. Desde las ligas juveniles locales hasta las universidades y las asociaciones profesionales, los árbitros deben comprender a fondo todas las reglas y poder hacerlas cumplir cuando sea apropiado. Muchos árbitros a nivel juvenil y de secundaria tienen poca o ninguna capacitación formal; se comprometen a aprender las reglas y deberes del trabajo por su cuenta. Los funcionarios que trabajan en eventos de baloncesto universitarios y profesionales generalmente tienen una amplia experiencia en niveles más bajos de competencia, así como también entrenamiento formal de un campo de árbitros o academia. Los campamentos de entrenamiento pueden demorar entre diez y 15 semanas en completarse, e involucran una amplia instrucción en el aula y eventos de práctica.
Los silbatos y cronómetros son equipos esenciales para un árbitro de baloncesto. Él o ella usa un silbato para indicar a los jugadores, cronometradores, anotadores y otros árbitros que el juego debe detenerse o iniciarse. Un árbitro de baloncesto realiza un seguimiento del reloj oficial del juego y del reloj de tiro en un cronómetro en caso de que el reloj del marcador no funcione correctamente.
Los árbitros generalmente trabajan en equipos de dos o tres para ayudar a garantizar que se realicen las llamadas adecuadas. Cuando se comete una falta o una violación de la regla, los árbitros detendrán el juego, colaborarán en llamadas difíciles y usarán señales manuales para informar a los anotadores, jugadores y al público de la infracción. Hay un amplio conjunto de señales con las manos que un árbitro debe comprometerse con la memoria para que se puedan usar correctamente durante un juego.
A veces, un árbitro de baloncesto puede enfrentarse a decisiones de juicio difíciles, como determinar la última persona que tocó la pelota antes de que saliera del campo. Se le exige que tome decisiones rápidas y asertivas que pueden ser impopulares entre algunos fanáticos y jugadores. Un árbitro debe permanecer comprometido con sus decisiones a pesar de la oposición. Además, un árbitro puede tener que explicar sus llamados a entrenadores enojados, romper escaramuzas en la cancha y expulsar a los jugadores violentos de un juego. El trabajo puede ser bastante exigente emocional, mental y físicamente, pero un buen árbitro es hábil para manejar el estrés y las decisiones difíciles con aplomo y profesionalismo.