Los timocitos o linfocitos T son gl?bulos blancos que se originan en la m?dula ?sea y se desarrollan dentro de la gl?ndula del timo. Los linfocitos T, tambi?n llamados c?lulas T, son instrumentales en el proceso de inmunidad mediada por c?lulas, una respuesta inmune generada por elementos celulares contra virus, tumores y par?sitos. La activaci?n de las c?lulas T es el proceso mediante el cual las c?lulas extra?as activan una c?lula T madura, pero inmunol?gicamente ingenua, y la estimulan a atacar a la misma clase de c?lulas extra?as a trav?s de una compleja secuencia interna de eventos. Este proceso conduce al desarrollo de c?lulas T CD4 + auxiliares dirigidas o c?lulas T CD8 + asesinas y supresoras.
Primero, una c?lula inmune grande, llamada macr?fago, engulle una c?lula tumoral o virus. El macr?fago luego muestra una mol?cula de prote?na o ant?geno del material envuelto en su superficie, convirti?ndose en una c?lula presentadora de ant?geno (APC). Este conglomerado se une a un receptor de c?lulas T, lo que conduce a la activaci?n de las c?lulas T. Las c?lulas T CD4 + liberan sustancias qu?micas que atraen otras c?lulas inmunes, controlan las c?lulas T asesinas y estimulan el crecimiento y la proliferaci?n de otras c?lulas T que se dirigen espec?ficamente contra ese ant?geno. Las c?lulas CD8 + comienzan a destruir las c?lulas del cuerpo que tienen el ant?geno objetivo, como las c?lulas tumorales o las c?lulas infectadas, o pueden participar en una funci?n supresora, apagando las c?lulas T hiperactivas.
Los principales complejos de histocompatibilidad (MHC) son regiones gen?ticamente codificadas que existen en pr?cticamente todas las c?lulas de vertebrados. Las prote?nas codificadas por las regiones MHC se encuentran en la superficie de cada c?lula. Estas prote?nas sirven como marcadores biol?gicos que identifican si una c?lula es «propia» o «extra?a». Antes del proceso de activaci?n de las c?lulas T, las c?lulas T se someten a una selecci?n tanto positiva como negativa. Deben ser capaces de reconocer las prote?nas MHC para distinguir las c?lulas del cuerpo de las c?lulas extra?as, pero tampoco deben unirse con demasiada fuerza a las prote?nas para que no afecten a las propias c?lulas del cuerpo, una condici?n llamada autoinmunidad.
La activaci?n de las c?lulas T depende de m?ltiples interacciones entre el APC y las mol?culas en la superficie de la c?lula T. Se requieren dos se?ales, proporcionadas por las interacciones de uni?n, para la activaci?n de las c?lulas T. La se?al primaria se produce cuando el ant?geno que presenta el APC se une al receptor de c?lulas T (TCR). Una segunda se?al ocurre cuando un segundo receptor de c?lulas T, llamado CD28, se une a CD80 o CD86 en la superficie de la APC. Si se produce la interacci?n CD28, la c?lula T produce mensajeros qu?micos, llamados citocinas, que promueven un mayor desarrollo y proliferaci?n de la c?lula T en una c?lula inmunol?gicamente competente.