El cartílago es un tipo de tejido que es más suave y flexible que el hueso pero más duro que el tejido muscular. El cartílago del tabique divide la parte inferior de la nariz en dos secciones, o fosas nasales. El cartílago septal de un humano es un elemento importante tanto en la apariencia como en la respiración normal.
El cartílago del tabique se extiende desde la punta de la nariz hasta la mitad de la nariz. Por encima de este cartílago se encuentran los huesos nasales, que se sienten con mayor facilidad en el puente de la nariz, donde generalmente descansan los anteojos. Los huesos nasales se conectan al cartílago del tabique cerca del centro de la nariz. Cerca de la parte superior de las cavidades nasales, la placa perpendicular de hueso etmoidal se adhiere al cartílago. Juntos, estos huesos y cartílagos ayudan a definir la forma de la nariz.
Dos cartílagos cuadrangulares se encuentran a cada lado del cartílago del tabique, cerca de la parte media de la nariz. Estos se conocen como los cartílagos laterales superiores, y se unen a los huesos nasales cerca de la parte superior y se fusionan con el cartílago septal alrededor del punto medio de la nariz. Si una lesión resulta en la separación de estos cartílagos de los huesos, la respiración podría estar obstruida.
La forma de la porción inferior de la nariz está determinada en gran medida por los cartílagos laterales inferiores. Estos se encuentran debajo del cartílago del tabique y están conectados libremente a cada lado de la nariz. Los cartílagos laterales inferiores varían en grosor, tamaño y forma para crear una variedad de puntas nasales, lo que prácticamente garantiza que no habrá dos personas con narices idénticas.
Cuando el cartílago del tabique se torce o no se repara adecuadamente después de una lesión, puede ocurrir una condición conocida como tabique desviado. La desviación puede no afectar notablemente la apariencia, pero puede afectar el flujo de aire a través de las fosas nasales. El ronquido es una posible consecuencia de un tabique desviado. La cirugía es típicamente el método preferido de tratamiento para lograr una solución permanente para un cartílago septal desviado o torcido.
El cartílago del tabique también puede dañarse por tumores, úlceras o traumatismos que provocan un orificio o perforación en el tabique. Las personas que están expuestas a los humos de soldadura durante un período prolongado y aquellas que abusan de ciertas drogas ilegales también corren el riesgo de padecer esta afección. Un tabique perforado generalmente produce un silbido cuando el paciente respira, y puede causar dolor o sangrado. Si la perforación no se cura por sí sola, podría ser necesaria una cirugía para reparar el tabique dañado.