La angiotensina II es la forma activa de angiotensina, que es un péptido instrumental en la constricción de los vasos sanguíneos y la hipertensión resultante, o presión arterial alta. El sistema renina-angiotensina lleva el nombre parcial de este agente, ya que es uno de los componentes principales de este sistema. A veces abreviado como RAS, el sistema renina-angiotensina regula no solo la presión sanguínea del cuerpo, sino también su volumen extracelular o sustancias fuera de las células.
Específicamente, la angiotensina pertenece a una subdivisión de péptidos llamada oligopéptido, lo que significa que está formada por un número limitado de aminoácidos, generalmente entre dos y 20. Traza su origen a una proteína globular llamada angiotensinógeno, que es producida por el hígado. Al liberarse en la sangre desde el hígado, el angiotensinógeno interactúa con la renina, que es una enzima de digestión de proteínas liberada por los riñones. Renin es responsable de convertir el angiotensinógeno en angiotensina I, completando así la primera parte del proceso de transformación a angiotensina II.
La angiotensina I no está activa hasta que se convierte en angiotensina II. Esto ocurre cuando la enzima convertidora de angiotensina (ECA), que se encuentra en los capilares de los pulmones, elimina dos de los residuos C-terminales de la angiotensina. Este péptido es la forma más activa, ya que las otras formas, angiotensina III y IV, han disminuido la actividad.
El aumento de la presión arterial es la afección médica más comúnmente asociada con la angiotensina II. Lo logra al estrechar los vasos sanguíneos, principalmente las arterias. Este proceso y condición se conoce como vasoconstricción o vasoconstricción arterial. Los conductos constreñidos limitan el flujo sanguíneo y provocan un aumento de la presión arterial.
Además, el péptido libera aldosterona. Dado que esta hormona particular lleva a cabo la reabsorción de sodio y agua de los riñones, dicha tarea conduce a un aumento del volumen extracelular del cuerpo. También contribuye a la hipertensión y al mayor riesgo de problemas o fallas renales.
En respuesta directa a las acciones del péptido, los científicos han desarrollado un grupo de productos farmacéuticos llamados antagonistas del receptor de angiotensina II o bloqueadores del receptor de angiotensina (BRA). Estos incluyen candesartán, losartán, irbesartán y valsartán. Están diseñados para suprimir la angiotensina II. Además de la hipertensión, los BRA se usan para prevenir otras enfermedades como la nefropatía diabética, un tipo de enfermedad renal progresiva causada por la diabetes; e insuficiencia cardíaca congestiva, que es cuando el corazón no proporciona suficiente flujo sanguíneo a las partes del cuerpo para la función normal.