La meditación es una práctica antigua que en realidad abarca muchas disciplinas diferentes, desde los movimientos fluidos del Tai Chi hasta las poses inmóviles del budismo zen. Hay cientos de posibles posiciones de meditación según el tipo de meditación que se realice y el nivel de habilidad del participante. Sin embargo, los más comunes son el loto, el medio loto, la posición de silla y la posición de rodillas.
La posición del loto es una de las posiciones de meditación más populares. Se realiza llevando cada pierna, comenzando por la derecha, hacia arriba en una posición de piernas cruzadas, con el pie descansando sobre el muslo opuesto. La planta del pie debe mirar hacia arriba y las manos deben descansar hacia arriba sobre las rodillas con el pulgar y el dedo índice formando un círculo. Se dice que esta posición estimula la columna y alivia el dolor asociado con un nervio ciático comprimido. Puede ser necesario un poco de práctica para volverse lo suficientemente flexible para realizar la posición del loto, y aquellos que tienen dificultades pueden tener más suerte con el medio loto.
Al igual que la posición de loto, la posición de meditación de medio loto se realiza doblando las piernas hacia adentro en una posición de piernas semicruzadas. Sin embargo, a diferencia de la postura del loto, solo un pie descansa sobre el muslo opuesto. El otro pie está metido debajo para que el talón descanse debajo del muslo en el lado opuesto del cuerpo. Las manos deben colocarse en la misma posición que en la postura del loto. Aquellos con lesiones de rodilla o tobillo no deben realizar las posiciones de meditación de loto y medio loto sin antes hablar con un médico.
La posición de la silla puede ser más fácil para aquellos que no pueden realizar las posiciones de meditación de loto o medio loto debido a lesiones o falta de flexibilidad. Se realiza sentándose en una silla de respaldo recto con los pies apoyados en el suelo. Las manos se sostienen en una posición ligeramente entrelazada cerca del abdomen con las palmas hacia arriba y los pulgares formando un óvalo. La clave para realizar esta postura con éxito es mantener la parte superior de la espalda recta mientras que la parte inferior de la espalda se curva ligeramente para evitar ejercer presión sobre la base de la columna.
La posición de rodillas, o seiza, implica arrodillarse con las nalgas apoyadas sobre los pies o sobre una toalla enrollada o una almohada colocada sobre los tobillos. Si se arrodilla sobre una superficie dura, es mejor colocar un cojín debajo de las rodillas para brindar apoyo y protección. Al igual que con las otras posiciones de meditación, uno de los aspectos más importantes es mantener la parte superior de la espalda recta y permitir que la parte inferior de la espalda siga su curva natural.
Aquellos con condiciones médicas preexistentes, especialmente aquellas que afectan el sistema musculoesquelético o circulatorio, deben consultar con un médico antes de intentar la mayoría de las posiciones de meditación. Para aquellos que no se sienten cómodos realizando ninguna de las posiciones de meditación más populares o no pueden realizarlas debido a lesiones, acostarse boca arriba es otra opción. La meditación es una actividad personal altamente adaptable, y la clave principal es encontrar una pose que promueva la relajación, incluso si esa pose no se considera una de las posiciones tradicionales de meditación.