La memoria implícita es un concepto fascinante, que afirma que hay muchas cosas que la gente sabe automáticamente, en casi cualquier situación dada, sin intentar recordar. Estas cosas simplemente están presentes, se han aprendido antes y no hace falta ningún esfuerzo para conocerlas. Muchas tareas físicas están implícitas; la mayoría de las personas no olvidan cómo caminar, por ejemplo, y no tienen que recordarse a sí mismos cómo hacerlo cada vez que se ponen de pie. También existen otras formas de memoria implícita. Un área en la que esta forma de memoria se estudia más es en personas con deterioro cerebral, y una variedad de pruebas sugieren que el recuerdo inconsciente puede permanecer en un grado más alto, mientras que la memoria consciente o explícita se reduce en algunas personas con déficits cerebrales.
No es sorprendente que la psicología esté particularmente fascinada con la memoria implícita, ya que muchas teorías psicológicas defienden la creencia en un inconsciente. Contiene ideas, pensamientos y creencias que pueden impulsar comportamientos / pensamientos que ni siquiera la persona consciente puede explicar. El vínculo entre un proceso de pensamiento / sentimiento inconsciente y el comportamiento implícito no está del todo claro, pero los estudios están comenzando a establecer que el recuerdo implícito y explícito a menudo está completamente separado.
Algunos de los trabajos más convincentes sobre la memoria implícita se han realizado al evaluar a personas con formas de amnesia. El amnésico no puede usar la memoria explícita para recordar mucho, pero al estar expuesto a ciertas cosas, puede usar la memoria implícita para producir ciertas respuestas. Algunas de estas pruebas dependen de la exposición previa a alguna forma de indicación, a menudo una palabra, que luego se produce sin necesidad de buscarla en un punto posterior. Si bien no toda la memoria explícita e implícita puede estar separada, se sugiere que con la amnesia, la memoria implícita puede ser muy fuerte, incluso si la memoria explícita no lo es.
Depender de la memoria implícita a menudo forma parte de las estrategias de aprendizaje. A los estudiantes se les da material que tal vez necesiten saber para probar, y al estudiar ese material pueden colocarlo tan firmemente en sus mentes que siempre lo recordarán. Este no es siempre el caso y muchas personas olvidan lo que han aprendido a medida que envejecen.
Si bien los hechos pueden olvidarse, es probable que los estudiantes recuerden automáticamente ciertas cosas, como cómo tomar un examen, cómo escribir un ensayo y un sentido general de los temas estudiados. El recuerdo de estos puede ser automático, y un estudiante que regresa a la escuela después de una ausencia de 20 años, puede sentirse cómodo de inmediato en el entorno académico, especialmente cuando vuelve a estudiar cualquier material estudiado previamente.
Los estudios sobre las diferencias en la memoria implícita y explícita pueden ser útiles para abordar problemas relacionados con el daño de la memoria y para enseñar a estudiantes no convencionales. La forma de explotar más fácilmente el sistema de memoria implícita es una consideración para quienes diseñan el currículo.