¿Qué es un olfatómetro?

Un olfatómetro es un dispositivo que, como se puede imaginar por el nombre, está involucrado en la medición del olfato. Hay dos tipos diferentes de olfatómetro. Uno actúa como una especie de nariz artificial que es capaz de detectar olores en diversas concentraciones, incluidas concentraciones tan bajas que la nariz humana no puede detectarlos. El otro es un dispositivo que está diseñado para medir qué tan agudo es el sentido del olfato de una persona, generalmente para su uso en un contexto clínico.

Los olfatómetros en el sentido de narices artificiales se utilizan en varios entornos. Son dispositivos de mano clásicamente, con pequeñas almohadillas de filtro a través de las cuales pasa el aire. Cuando se detectan compuestos olorosos, el dispositivo puede activar una alarma o proporcionar una lectura. A menudo, la sensibilidad se puede ajustar para diferentes configuraciones y también es posible sensibilizar el dispositivo a tipos específicos de olores.

Un entorno en el que se utilizan olfatómetros es la perfumería, en la que los olores se analizan con la ayuda de un dispositivo de este tipo, y estos dispositivos también se utilizan para la consistencia de la calidad. También se pueden utilizar como alarmas, ya que algunos compuestos olorosos son peligrosos para la salud humana; por ejemplo, se pueden colocar olfatómetros modificados en instalaciones químicas y minas para detectar fugas peligrosas de gas. Un uso experimental interesante del olfatómetro es en la medicina forense, donde algunos investigadores han explorado la idea de usar tales dispositivos para «olfatear» los compuestos químicos asociados con el proceso de descomposición para aprender más sobre cuándo alguien murió.

Otro uso del olfatómetro es en estudios de investigación o en el entorno clínico, donde puede ser una herramienta de diagnóstico útil para evaluar la agudeza en lo que respecta al sentido del olfato. Tener un sentido del olfato deteriorado puede ser un signo de un problema médico, como un tumor, o puede estar asociado con una afección congénita. Con un olfatómetro, un médico puede aislar el problema y determinar su gravedad. Por ejemplo, un paciente puede ser capaz de oler algunas cosas pero no otras, puede malinterpretar los olores, puede oler cosas cuando no hay ningún compuesto que produzca olor, y así sucesivamente. Puede ser valioso tener esta información.

Los olfatómetros tienden a ser bastante caros. Son instrumentos muy sensibles y delicados, y también es necesario reemplazar periódicamente los filtros y accesorios para mantener el dispositivo en buen estado de funcionamiento. Las empresas científicas pueden suministrarlos por pedido, y las personas también pueden solicitarlos a los fabricantes de equipos de diagnóstico.