Un dolor de cabeza por punción lumbar es una complicación asociada con una prueba de recolección de líquido cefalorraquídeo (LCR), comúnmente conocida como punción lumbar. El dolor de cabeza se desarrolla cuando el líquido cefalorraquídeo continúa filtrándose en la columna vertebral después de la prueba. En la mayoría de los casos, los dolores de cabeza lumbares remiten de forma independiente en un par de días a medida que cicatriza el lugar de la punción. Cuando es necesario el tratamiento, el enfoque depende de la gravedad del dolor de cabeza.
Según la Clínica Mayo, un promedio del 30 por ciento de las personas que se someten a una punción lumbar desarrollarán un dolor de cabeza por punción lumbar. Una prueba de LCR requiere la extracción de una muestra de líquido cefalorraquídeo para su análisis. En algunos casos, el orificio a través del cual se recolecta la muestra no cicatriza rápidamente, lo que permite que algo de líquido cefalorraquídeo continúe filtrándose en la columna vertebral. Un dolor de cabeza se desarrolla cuando la pérdida de líquido disminuye la presión dentro de la columna vertebral.
Una prueba de líquido cefalorraquídeo requiere que se realice una pequeña punción en la parte inferior de la columna vertebral. Una vez esterilizada la zona, se trata con anestesia local. Se introduce una aguja pequeña y hueca en el área objetivo para recolectar la muestra de LCR. Una vez que se obtiene la muestra, se retira la aguja. Por lo general, el sitio se desinfecta nuevamente, se viste y se deja curar. Aquellos que desarrollan un dolor de cabeza por punción lumbar presentan síntomas dentro de las 48 horas posteriores a la prueba.
Los signos y síntomas de un dolor de cabeza por punción lumbar pueden variar según la gravedad de la afección. Una pérdida mínima de presión dentro de la columna vertebral puede causar un dolor sordo que puede o no estar acompañado de mareos. No es raro que las personas sientan náuseas y experimenten problemas de visión con un dolor de cabeza por punción lumbar. La fiebre, la rigidez y la filtración de líquido cefalorraquídeo hacia el exterior se consideran signos de una complicación grave que requiere atención médica inmediata.
Si el dolor de cabeza no desaparece por sí solo en un par de días, puede ser necesario un tratamiento. Un médico puede realizar pruebas de imágenes para verificar que el dolor de cabeza sea causado por una fuga de líquido cefalorraquídeo y no por otra cosa. Una vez que se confirma que el dolor de cabeza está relacionado con la prueba de LCR, se pueden explorar las opciones de tratamiento según la gravedad de los síntomas.
La medicación analgésica o analgésica suele ser el primer paso en cualquier enfoque de tratamiento. Si los analgésicos resultan insuficientes, el individuo puede recibir un tratamiento intravenoso para evitar que el líquido del LCR continúe filtrándose en la columna vertebral. Se puede introducir una solución salina o la propia sangre del individuo en el sitio de punción en un esfuerzo por aumentar la presión.