La quemosis es un término general que se puede usar para describir una irritación ocular, especialmente en referencia a la conjuntiva, que es la membrana mucosa que cubre el globo ocular y el interior del párpado. La afección se caracteriza con mayor frecuencia por la aparición de retención de líquidos alrededor del área de la superficie externa del ojo. Esto a veces puede causar una hinchazón tan extensa que resulta difícil cerrar el ojo.
Una causa común de la afección es una infección viral de la conjuntiva. Esta infección, también conocida como conjuntivitis, es un tipo de conjuntivitis. La conjuntivitis puede ser muy contagiosa, especialmente entre los niños. Otros síntomas de la infección, además de la quemosis, pueden incluir ojos llorosos con secreción y malestar o picazón. La conjuntivitis suele afectar a un ojo al principio, pero por lo general se mueve a ambos.
Otra causa común de quemosis es el angioedema, que es una hinchazón debajo de la piel, a veces en forma de ronchas. Estas ronchas dolorosas y que a menudo pican generalmente ocurren alrededor de la boca y los ojos, así como en las manos, los pies y la garganta. Además de la quemosis y las ronchas, el angioedema puede causar dificultad para respirar y calambres abdominales. La afección suele ser provocada por una reacción alérgica a un alimento, medicamento, picadura de insecto o polen en particular. Los tratamientos para el angioedema pueden incluir corticosteroides, antihistamínicos y epinefrina.
La triquinosis, una enfermedad parasitaria, es una afección más grave que puede causar quemosis. Puede ocurrir cuando una persona consume carne de cerdo o caza silvestre cruda o poco cocida que está infectada con las larvas de un cierto tipo de lombriz intestinal, conocido como gusano triquina. La quemosis también puede estar relacionada con el hipertiroidismo, una afección causada por una tiroides hiperactiva, y la sarcoidosis, una enfermedad que puede causar inflamación en los órganos y tejidos, incluidos los ojos, los ganglios linfáticos, los pulmones y la piel.
La tuberculosis, una infección bacteriana contagiosa que afecta principalmente a los pulmones, también puede provocar quemosis del ojo. El síndrome de Reiter, más conocido como artritis reactiva, puede causar una irritación ocular similar. Esta afección inflamatoria puede afectar no solo al ojo, sino también a la uretra y las articulaciones.
Los tratamientos caseros para aliviar el malestar de la quemosis pueden incluir compresas frías sobre el ojo afectado y antihistamínicos tópicos o orales de venta libre. La afección debe mejorar una vez que se identifica y se trata la causa subyacente. Se recomienda a los pacientes que consulten a un médico, especialmente si experimentan otros síntomas más graves, como cambios en la visión, dificultades para respirar o desmayos.