La pérdida de semen ocurre típicamente durante la eyaculación, ya sea que la eyaculación sea el resultado de la masturbación, el coito o las emisiones nocturnas. Históricamente, la pérdida de semen por cualquier medio que no sea el coito heterosexual con fines reproductivos se ha considerado médicamente peligrosa. Estas actitudes sobre la pérdida de semen continúan persistiendo en algunas culturas, especialmente en la cultura tradicional india. La medicina moderna ha determinado, sin embargo, que no hay ramificaciones psicológicas o físicas negativas que deban temer por la pérdida de semen.
A lo largo de la historia, varios médicos, psiquiatras y otros expertos han creído que el semen es uno de los fluidos corporales más importantes. Muchos han defendido que toda la fuerza física y mental y la salud se originan en el semen. En épocas anteriores, a los hombres de culturas europeas y de otras culturas se les aconsejaba retener su semen dentro de sus cuerpos tanto como fuera posible, con el fin de optimizar la salud física y mental. Se pensaba que cuanto más eyaculaba secretaba un hombre, más vulnerable se volvía a la enfermedad, la debilidad, la enfermedad mental e incluso el deterioro cognitivo permanente. Estos temores probablemente surgieron de la creencia de que los hombres poseían una cantidad limitada de semen y que excretarlo indiscriminadamente podría hacer que se agotaran su suministro a niveles peligrosamente bajos.
Los profesionales médicos modernos creen ahora que los hombres producen nuevos espermatozoides y fluidos seminales con regularidad y que, por lo tanto, no hay motivos para temer el agotamiento permanente del semen dentro del cuerpo. Si bien la comunidad médica ya no considera que la eyaculación sea potencialmente dañina, en algunas culturas persisten los temores sobre la pérdida de semen. Muchos creen que la eyaculación frecuente puede provocar una disminución de la fertilidad, disfunción eréctil o daño a los órganos genitales más adelante en la vida. Otros creen que la eyaculación frecuente puede causar deterioro de la función cognitiva, pérdida general de la fuerza física o locura.
Si bien la pérdida de semen no es peligrosa, algunos expertos han identificado una neurosis conocida como síndrome Dhat, que puede afectar a quienes temen las posibles consecuencias médicas de la pérdida de semen. Se cree que los síntomas del síndrome de Dhat se deben al estrés de experimentar ansiedad por la pérdida de semen, más que a la pérdida real en sí. Las víctimas de esta alteración psicológica a menudo experimentan síntomas psicosomáticos, que incluyen debilidad muscular, dificultad para dormir, pérdida de peso y dolor. Muchos casos de síndrome de Dhat se han tratado con éxito mediante la educación de las víctimas sobre los hechos que rodean la producción de semen y la eyaculación.