El término «síntomas constitucionales» se refiere a la manifestación de una enfermedad que se produce porque la enfermedad afecta a todo el cuerpo. Suelen ser inespecíficos para enfermedades particulares y no son tan útiles en el diagnóstico como los síntomas no constitucionales. Ejemplos de problemas médicos claramente identificables que se incluyen en este grupo incluyen fiebre, dolor de cabeza y sudoración. Temas más vagos como la debilidad, la somnolencia o la pérdida de peso también forman parte del grupo. Los síntomas constitucionales pueden ocurrir individualmente o juntos, dependiendo de la condición médica específica que afecte a la persona.
Como el cuerpo es un organismo, los efectos de una enfermedad en particular en un área no necesariamente afectan solo a una sola área. El sistema inmunológico puede producir efectos en todo el cuerpo, al igual que problemas con el metabolismo energético o efectos adversos en el cerebro u otros órganos. Por lo tanto, un problema en un área, como la enfermedad de la tiroides, puede producir estos síntomas, así como síntomas localizados. Enfermedades como las infecciones, que afectan a la mayor parte del organismo, también pueden producir síntomas que afectan a todo el organismo.
La fiebre es un síntoma común de enfermedad y se llama constitucional porque afecta a todo el cuerpo a través del sistema inmunológico produciendo una temperatura alta. La sudoración inusual es otro ejemplo y puede ocurrir sola o junto con fiebre. Una sensación de escalofríos o temblores incontrolables también son síntomas generales. El hormigueo o la sensibilidad inusual de la piel es otro síntoma que cae en esta categoría, y el dolor de cabeza generalmente se incluye en la definición, ya que puede ocurrir por una amplia variedad de razones, desde problemas oculares hasta estrés.
La pérdida de peso es un indicador vago de enfermedad, aunque la pérdida de peso severa es un foco obvio para el diagnóstico de enfermedades graves. Este síntoma puede ocurrir por varias razones. La enfermedad puede afectar el apetito de la persona o la enfermedad puede causar una mala absorción de nutrientes de una ingesta normal de alimentos. Los vómitos o la diarrea como resultado de la enfermedad también pueden ser una causa de pérdida de peso.
La debilidad es un síntoma general que puede indicar la presencia de una variedad de enfermedades, desde influenza hasta afecciones cardíacas. La somnolencia anormal, los bostezos o el letargo también pueden indicar la presencia de una enfermedad subyacente. Cuando los pulmones o el corazón se ven afectados por una enfermedad, la persona también puede mostrar una incapacidad para respirar normalmente o sentirse mareado al sentarse.
La gravedad de estos síntomas generalmente indica los tipos de tratamiento que necesita la persona. Problemas graves como debilidad o dificultad para respirar requieren atención inmediata, mientras que un adulto con fiebre leve solo puede requerir el consejo de un médico o farmacéutico. Las opciones de tratamiento para los síntomas constitucionales dependen del paciente individual, pero generalmente se enfocan en tratar la causa subyacente para eliminar o aliviar los problemas constitucionales.