Un diente está cubierto por una sustancia dura llamada esmalte. Los ácidos que se forman en la boca de una persona al comer ciertos alimentos o beber bebidas como jugo de frutas o vino pueden desgastar gradualmente esta capa protectora resistente. Este proceso químico es irreversible y se conoce como erosión dental. El proceso causa una pérdida en la estructura de los dientes y es una enfermedad dental común, particularmente en niños y adolescentes.
Cuando un diente se erosiona, generalmente se vuelve sensible a las variaciones de temperaturas frías y calientes. En apariencia, el diente también puede cambiar de color; los dientes a menudo se vuelven amarillos pero parecen claros alrededor de los bordes. Además, el proceso de erosión también puede hacer que un diente se curve, lo que podría provocar grietas.
La erosión se desencadena por una sobreabundancia de ácido en la boca. Ciertos alimentos y bebidas, incluidas las bebidas deportivas, el jugo de naranja, el agua mineral, las bebidas carbonatadas y los encurtidos, contienen ácido. Una persona que sufre de reflujo ácido también puede experimentar erosión dental a medida que el ácido del estómago llega a la boca. Una persona que experimenta náuseas matutinas o es bulímica o anoréxica también puede sufrir erosión dental, ya que vomitar repetidamente produce ácido. Otras fuentes que pueden conducir a la erosión de los dientes incluyen masticar aspirina, consumir una sobreabundancia de alcohol y estar expuesto a sustancias químicas como el cloro en una piscina.
La erosión dental se puede prevenir limitando la ingesta de alimentos o bebidas con alto contenido de ácido. Después de vomitar o consumir cualquier alimento o bebida ácida, una persona debe esperar al menos 60 minutos antes de lavarse los dientes. Si una persona se cepilla demasiado pronto, puede dañar el esmalte de los dientes y acelerar el proceso de erosión. Al cepillarse los dientes, la mayoría de los dentistas recomiendan cepillarse suavemente con un aparato de cerdas suaves y usar una pasta de dientes hipersensible que contenga flúor.
Limitar los bocadillos entre comidas también puede ayudar a prevenir la erosión de los dientes. Si una persona necesita comer bocadillos, puede comer alimentos con bajo contenido de ácido, como pan, frutas y verduras. Además, una persona puede reducir el riesgo de erosión dental al consumir bebidas como té, leche y agua que no sean ácidas. Después de ingerir alimentos o bebidas ácidas, el enjuague con agua también puede reducir el riesgo de pérdida de esmalte.
El tratamiento de la erosión dental depende de la gravedad de la afección. Si la erosión es limitada, es posible que no sea necesario ningún tratamiento. Sin embargo, si la erosión es extrema, es posible que el diente necesite reparación. Las opciones también incluyen un tratamiento de conducto, un puente, una corona o un implante.