¿Cuál es la diferencia entre radiación ionizante y no ionizante?

Toda la energía es radiación. Hay dos tipos, conocidos como radiación ionizante y no ionizante, y ambos son omnipresentes en la Tierra. Es importante comprender las características y diferencias entre las radiaciones ionizantes y no ionizantes, dado el daño potencial y la utilidad de la radiación sobre el cuerpo humano. Si bien ambos son potencialmente dañinos, la radiación ionizante es más peligrosa que la radiación no ionizante, pero la radiación ionizante también tiene varios beneficios médicos.

La ionización es el proceso mediante el cual los electrones se eliminan de su órbita alrededor de un átomo en particular, lo que hace que ese átomo se cargue o se ionice. Este proceso puede ocurrir cuando la radiación de fuerza suficiente interactúa con los átomos normales. La radiación que no es lo suficientemente poderosa para desencadenar este proceso se conoce como no ionizante y es capaz en lugar de simplemente excitar el movimiento de los átomos y calentarlos. La división entre radiación ionizante y no ionizante ocurre en el rango ultravioleta (UV), por lo que ese rango se divide en rayos UV-A y UV-B, y este último es más poderoso y peligroso.

Los ejemplos de radiación no ionizante incluyen infrarrojos, microondas y luz a lo largo del espectro visible. El hecho de que no elimine los electrones de los átomos no significa que la radiación no ionizante sea inofensiva. Todavía es capaz de excitar átomos y, a su vez, calentarlos. Esta es la teoría detrás de los hornos microondas, y el tejido biológico humano no está fundamentalmente exento de este efecto. La exposición a tipos de radiación no ionizante cuyas longitudes de onda son más pequeñas que las del cuerpo puede provocar quemaduras peligrosas. Es por eso que la exposición a los rayos del sol hace que la piel se cocine y eventualmente se queme.

Aunque no genera calor, la radiación ionizante es incluso más peligrosa que la no ionizante para los tejidos vivos. Al cambiar fundamentalmente la composición química de un átomo, este tipo de radiación puede causar daño molecular y el crecimiento celular descontrolado conocido como cáncer. Si se expone a los órganos reproductores humanos, la radiación ionizante también puede provocar defectos de nacimiento en el futuro en el feto.

El sol produce radiación ionizante y no ionizante. Aunque el sol es responsable de gran parte de la radiación natural a la que puede estar expuesto un ser humano, solo una pequeña fracción de la que llega a la superficie de la Tierra se está ionizando. De hecho, se estima que es el gas radón el que aporta el mayor porcentaje de radiación ionizante que es absorbida por los humanos, seguido de otros elementos radiactivos como el plutonio y el radio, que se encuentran en formaciones rocosas y otras características geológicas.

Sin embargo, la radiación ionizante posee propiedades valiosas y ha demostrado ser vital en el campo de la salud. Las imágenes médicas, como los rayos X, se basan en radiaciones ionizantes artificiales. La radioterapia se usa para tratar afecciones, incluido el cáncer, al eliminar áreas específicas de tejido. Como era de esperar, los mismos peligros que ocurren por la radiación natural están presentes con el tipo fabricado, y los efectos secundarios de altas dosis de tratamiento con radiación pueden ser graves en sí mismos.