La osmolaridad de la orina es una medida de la concentración de solutos en un litro de orina. La medición se realiza en litros por razones de estandarización científica incluso en países que no utilizan medición métrica. En un análisis de orina, una de las pruebas que realizará un técnico de laboratorio es una prueba de osmolaridad. Los resultados pueden proporcionar información importante sobre la salud del paciente y se registrarán en el registro del laboratorio junto con otros datos de la muestra.
En una prueba de osmolaridad de la orina, el técnico observa la concentración de partículas como urea, sodio y glucosa en la orina. Si las concentraciones son más altas o más bajas de lo que deberían ser, esto puede indicar que el paciente tiene un problema de salud. Las mediciones promedio pueden variar entre pacientes, y los laboratorios y el laboratorio generalmente proporcionarán un valor de referencia para que los médicos sepan si los resultados son altos o bajos.
Cuando la osmolaridad de la orina es baja, sugiere que los riñones de la paciente tienen problemas para concentrar la orina y puede estar en un estado de insuficiencia renal. La orina muy diluida también puede ser una señal de advertencia de diabetes. La dilución pesada generalmente viene con sed excesiva. El paciente bebe grandes cantidades de agua y puede sentir una sensación constante de sed incluso después de beber. La osmolaridad urinaria alta indica que la orina del paciente está demasiado concentrada, posiblemente como resultado de la deshidratación o el shock.
Los médicos suelen solicitar un análisis de orina cuando un paciente presenta cualquier síntoma del tracto urinario, como orina con sangre, micción frecuente o incontinencia repentina. La prueba también incluirá una evaluación de compuestos específicos en la orina, como glóbulos blancos indicativos de infección. Si un médico desea saber más sobre qué tan bien los riñones concentran la orina, puede solicitar una prueba de osmolaridad de la orina temprano en la mañana, cuando el paciente no ha bebido nada durante varias horas, y nuevamente después de beber algunos líquidos. La diferencia entre las pruebas puede mostrar qué tan bien están funcionando los riñones.
La orina diluida no es necesariamente un motivo de preocupación inmediato. El médico realizará una entrevista con el paciente para enumerar todos los síntomas y puede tomar nota de cualquier circunstancia especial que pueda tener un impacto en la osmolaridad de la orina. Por ejemplo, si el paciente está en tratamiento por una infección del tracto urinario, el médico esperaría que la orina se diluya porque el paciente está bebiendo mucho líquido. Una prueba de seguimiento después de que la infección haya desaparecido ayudará al médico a determinar si los riñones se recuperaron con éxito de la infección.