¿Qué es el trauma uretral?

El traumatismo uretral se refiere a una lesión grave que daña o desgarra la uretra, el tubo de músculos blandos que transporta la orina desde la vejiga hasta los genitales. Las lesiones traumáticas son mucho más comunes en hombres que en mujeres, ya que la uretra masculina está menos protegida y es mucho más larga. Una persona puede experimentar dificultades para orinar, dolor e hinchazón en la ingle y sangre en la orina. Es importante visitar a un médico cuando se sospecha un trauma uretral para recibir un examen completo y conocer las diferentes opciones de tratamiento. La mayoría de las lesiones leves se curan con medicamentos y reposo, pero los traumatismos graves a menudo requieren cirugía para reparar el tejido y prevenir complicaciones futuras.

La uretra masculina mide aproximadamente de 6 a 8 pulgadas (alrededor de 15.25 a 20.3 centímetros) de largo. Está bien protegido cerca de la vejiga, pero se acerca a la superficie de la piel en el perineo, el área entre los genitales y el coxis. La uretra luego se extiende a través del pene, donde también es muy susceptible a lesiones. La uretra femenina está rodeada de tejido muscular, graso y óseo a lo largo de la mayor parte de su trayecto de aproximadamente 1.57 centímetros (4 pulgadas) desde la vejiga hasta la vagina.

La mayoría de los casos de trauma femenino y un porcentaje de incidentes masculinos son el resultado de lesiones a horcajadas. Las lesiones a horcajadas ocurren cuando se ejerce una presión excesiva sobre el perineo, como puede suceder al caer sobre una cerca o sentarse demasiado fuerte en un asiento de bicicleta. El trauma masculino también puede ocurrir con una fuerza contundente en el pene que hace que se estire o se doble demasiado. Además, algunos casos de traumatismos uretrales tanto masculinos como femeninos acompañan a fracturas pélvicas sufridas en accidentes automovilísticos graves o caídas muy graves.

Una persona que ha sufrido un traumatismo uretral puede experimentar varios síntomas. El problema más común, especialmente en los hombres, es un flujo de orina debilitado y una mayor frecuencia de micción. Una persona puede experimentar dolor o sensación de ardor al orinar y también puede notar rastros de sangre en el flujo. También puede haber dolor, enrojecimiento e hinchazón del perineo o los genitales.

Un urólogo o un médico de la sala de emergencias generalmente pueden diagnosticar la afección preguntando sobre los accidentes causales e inspeccionando el sitio de la lesión. Se recolectan y analizan muestras de sangre y orina para detectar infecciones bacterianas. Por lo general, no se necesitan radiografías ni exámenes endoscópicos, pero un médico puede decidir usarlos para confirmar un diagnóstico.

El tratamiento para casos menores de traumatismo uretral implica descansar y aplicar hielo en el área dolorida, tomar medicamentos antiinflamatorios y programar controles con un urólogo. Si la uretra está significativamente dañada, se puede considerar un procedimiento quirúrgico endoscópico. Un cirujano puede drenar la vejiga con un catéter y luego realinear y suturar el tejido desgarrado. En el caso de fracturas pélvicas, pueden ser necesarias varias cirugías reconstructivas adicionales.