El desarrollo psicológico se refiere a alcanzar hitos psicológicos, emocionales, sociales y cognitivos como parte del crecimiento personal de un individuo. Aunque los adultos tienen sus propios desafíos psicológicos a medida que atraviesan las etapas de la vida, el desarrollo psicológico en la infancia es una serie de hitos particularmente intensos y que se encuentran rápidamente. Estos procesos también están estrechamente relacionados con el crecimiento físico y la aparición de habilidades físicas que son necesarias para que los niños alcancen niveles de desarrollo superiores. Por ejemplo, un bebé que aprende a manipular juguetes y otros objetos ayuda a que el bebé desarrolle un sentido de sí mismo en oposición al de los demás. Además del crecimiento físico, los factores adicionales que influyen en el desarrollo psicológico de un niño incluyen la atención prenatal y la nutrición, la nutrición infantil, el vínculo materno y la habilidad y el estilo de crianza.
La atención prenatal y su posterior influencia en el desarrollo prenatal pueden tener una enorme influencia en el desarrollo psicológico de un niño. La nutrición materna adecuada, proporcionada por los alimentos y las vitaminas maternas suplementarias, proporciona los componentes básicos necesarios para el crecimiento y el progreso del feto. Además de una cantidad mínima de nutrición, también hay alimentos y sustancias que la madre debe evitar o limitar a medida que continúa el crecimiento del feto. Ciertos medicamentos recetados y de venta libre y el alcohol deben evitarse por completo y deben limitarse otros alimentos que pueden permitir que las toxinas se acumulen en el cuerpo, incluido el atún y otros tipos de pescado. El control médico del embarazo también puede ayudar a prevenir que complicaciones, como la diabetes gestacional, dañen la salud de la madre y del niño.
El desarrollo psicológico positivo en la infancia sigue estando estrechamente relacionado con una nutrición óptima después del nacimiento del niño. El cerebro y el sistema nervioso de un bebé crecen exponencialmente en los primeros años de vida y es necesaria una nutrición adecuada para mantener este rápido desarrollo. Se dice que la lactancia materna durante la infancia promueve el sistema inmunológico del bebé, proporciona una nutrición excelente y promueve el vínculo materno-infantil y la sensación de seguridad del bebé. La primera relación de un bebé debe basarse en la confianza y la seguridad, ya que se cree que esto promueve interacciones positivas posteriores con las personas y establece el comienzo mismo de las habilidades sociales. Las relaciones positivas continuas con los padres y cuidadores ayudan a promover la socialización continua.
La habilidad y el estilo de crianza es otro factor que influye en el desarrollo psicológico de un niño. La crianza constante en lo que el niño percibe como un entorno seguro fomenta la confianza y la exploración. La supervisión inconsistente o una atmósfera familiar de confusión y agitación constantes pueden provocar trastornos de ansiedad y comportamientos relacionados con la desconfianza y la evitación. Los límites de los padres aplicados constantemente al comportamiento de un niño ayudan a fomentar la experimentación con la novedad dentro de límites conocidos.