Un callo es una capa gruesa y elevada de piel dura que se desarrolla como un mecanismo de defensa contra el frotamiento o la presión frecuentes en un proceso conocido como hiperqueratosis. La afección tiende a ocurrir con mayor frecuencia alrededor de los huesos de las manos o los pies, especialmente debajo del talón. Un callo en el talón puede deberse a la estructura ósea del pie o al calzado que no le queda bien.
La apariencia física de un callo en el talón puede variar según la gravedad. Cuando la piel atraviesa una hiperqueratosis, desarrolla un parche de piel muerta que puede manejar más fácilmente la presión. El callo generalmente será de un color diferente y tendrá una textura mucho más dura que no se desprenderá como la piel normal. Puede ser un área pequeña del talón o expandirse por toda la parte inferior del talón y puede sentirse sensible o muy doloroso.
Un callo en el talón es causado por la irritación o el roce constante contra un zapato o el suelo. La irritación puede ser el resultado de zapatos, calcetines o calcetería que no calzan correctamente y hacen que el talón se mueva demasiado dentro de un zapato suelto o roce contra la suela de un zapato demasiado apretado. Suele ocurrir con mayor frecuencia en tacones altos o zapatos con dedos puntiagudos y ajustados. Los callos en el talón también son más propensos a ocurrir en personas que tienen pies planos sin un arco inferior o en personas con demasiada forma de arco. La obesidad puede contribuir al desarrollo de callosidades en el talón debido a que el pie absorbe el impacto del exceso de peso.
Dado que un callo en el talón es el resultado de una absorción de impactos o fricción inadecuada, puede ser tratado simplemente por una persona que cambia a un zapato con mayor apoyo y mejor ajuste que esté más equipado para soportar la presión, especialmente para alguien que está constantemente en pies. Para minimizar el dolor de un callo, una persona puede aplicar un producto de eliminación de callo que está diseñado para penetrar y suavizar de manera segura la piel muerta o frotar suavemente las capas del callo con una lima diseñada específicamente para los callos. Una persona también puede usar una crema hidratante espesa dos veces al día para hacer que el callo se sienta más suave.
Los callos del talón suelen ser molestos y no suelen ser peligrosos por sí solos, pero pueden tener serias complicaciones si una persona intenta eliminarlos físicamente. Cortar un callo del talón con un cuchillo u otro objeto afilado puede ser peligroso porque es difícil cortar solo la piel muerta y no alcanzar accidentalmente la piel normal debajo de ella. Un callo eliminado de forma incorrecta puede provocar cortes graves que pueden provocar una infección.