¿Qué es una inyección de sangre autóloga?

Una inyección de sangre autóloga es un procedimiento médico que consiste en extraer sangre de un paciente y luego reintroducirla mediante inyección en el cuerpo del paciente. También llamado inyección de plasma autólogo condicionado, este tratamiento se usa para ayudar a curar diferentes enfermedades o lesiones de las articulaciones, ligamentos y fascias. Utilizado en todo el mundo, el procedimiento está destinado a reducir el dolor, aumentar la movilidad y reducir los tiempos de recuperación.

Una de las afecciones más comunes que se trata con la inyección de sangre autóloga es la tendinopatía, que resulta de pequeños desgarros o enfermedades en los tendones. Esto es especialmente común en las articulaciones que soportan peso. Los médicos utilizan la inyección de sangre como alternativa a otros tratamientos, incluidas las inyecciones de esteroides, antiinflamatorios no esteroides y electroterapia.

El elemento clave en la inyección de sangre autóloga son las plaquetas. Los factores de crecimiento derivados de las plaquetas promueven la curación en los tejidos blandos del cuerpo. La inyección de sangre autóloga tiene como objetivo estimular el crecimiento y la división de las células en los músculos lisos. Esto posteriormente induce nuevos depósitos de tejido fibroso, que se transforman en colágeno. La formación de colágeno nuevo funciona para reparar y restaurar la integridad del tejido dañado.

Una variación de este tratamiento es el plasma rico en plaquetas. Esto implica centrifugar la sangre extraída del paciente y separar el plasma de los glóbulos rojos. Luego, solo se inyecta el plasma en el paciente, lo que da como resultado una dosis altamente concentrada de plaquetas y factor de crecimiento plaquetario.

La inyección de sangre autóloga se realiza en hospitales y clínicas. Por lo general, se realiza mediante ultrasonido para asegurarse de que el sitio de destino se contacte con precisión. Por lo general, se requieren dos o más inyecciones y es posible que los resultados no se sientan durante tres a seis semanas.

Hay una serie de factores que influyen tanto en la tasa de recuperación como en la eficacia del tratamiento. El nivel y la calidad de las plaquetas en la sangre del paciente, la edad y la salud general juegan un papel en la determinación de la efectividad. Otros factores incluyen cualquier medicamento utilizado, por ejemplo, medicamentos antiinflamatorios no esteroides, que pueden afectar la función plaquetaria y, por tanto, la capacidad del paciente para curarse. Por último, el comportamiento del paciente después del tratamiento, como si deja reposar el área afectada durante el tiempo adecuado, también puede influir en la curación.
Aunque el procedimiento en sí es mínimamente invasivo, todavía existen posibles efectos secundarios. Estos incluyen un pequeño riesgo de que el área se infecte y dolor temporal en el lugar de la inyección. La inyección de sangre autóloga es muy ventajosa sobre otros tratamientos que implican el uso de sangre o productos sanguíneos, sin embargo, debido a que se inyecta la propia sangre del paciente, no hay riesgo de infecciones o reacciones transmitidas por transfusión.