La prazosina es un medicamento para la hipertensión que un médico puede recetar solo o con otros medicamentos para reducir la presión arterial del paciente. Este medicamento también es útil en el tratamiento de algunas otras afecciones médicas. Está disponible en forma de tabletas para tomar a intervalos de dosificación precisos. Los pacientes deben saber que este medicamento puede causar lo que se conoce como respuesta a la primera dosis, donde la primera dosis tomada da como resultado efectos secundarios graves, pero estos no se repiten con dosis futuras.
Este medicamento actúa actuando sobre los receptores alfa para relajar los vasos sanguíneos. Cuando las personas toman prazosina inicialmente, su frecuencia cardíaca puede aumentar, ya que el cuerpo se ha adaptado a la presión arterial alta crónica, y la relajación de los vasos sanguíneos obligará al corazón a trabajar más. La respuesta a la primera dosis del medicamento puede incluir una caída repentina de la presión arterial, junto con desmayos. A menudo, los médicos aconsejan a los pacientes que tomen la primera dosis antes de acostarse, por lo que esta respuesta será menos peligrosa.
Los efectos secundarios de la prazosina incluyen mareos, fatiga y desmayos, especialmente cuando se inicia el medicamento por primera vez. A medida que el cuerpo del paciente se adapta, los efectos secundarios deberían desaparecer. Si no es así, el paciente puede ser sensible al medicamento. Un médico puede intentar ajustar la dosis para ver si esto soluciona el problema o puede cambiar al paciente a otro medicamento. La congestión nasal también es un efecto secundario común.
Un médico puede recetar prazosina a un paciente con dificultad para orinar para relajar los músculos de la vejiga y hacer que orine más fácilmente, especialmente en hombres con agrandamiento de la próstata. El medicamento también es útil en el tratamiento de las pesadillas asociadas con el trastorno de estrés postraumático. Los pacientes con fenómeno de Raynaud, donde la circulación hacia las extremidades disminuye, lo que hace que se pongan azules y adormecidas, también pueden beneficiarse de la terapia con prazosina. El efecto relajante sobre los vasos sanguíneos mantiene abiertos incluso los pequeños vasos en los extremos de las extremidades, permitiendo que la sangre fluya libremente.
Se desconoce la seguridad de este medicamento durante el embarazo y la lactancia. Algunos estudios sugieren que puede no ser seguro durante el embarazo. Si la presión arterial alta en una paciente embarazada es una preocupación, un médico puede explorar medicamentos más seguros y otros métodos de manejo antes de recurrir a la prazosina. Las pacientes embarazadas que toman este medicamento deben informar a sus médicos sobre cualquier efecto secundario, y un obstetra puede recomendar exámenes especiales durante el embarazo para identificar complicaciones lo antes posible.