Los métodos de psicoterapia tradicionales a menudo implican la exploración de problemas y relaciones pasados, así como situaciones actuales, y evolucionan lentamente hacia un objetivo a menudo indefinido. La terapia centrada en soluciones, también llamada terapia breve centrada en soluciones (SFBT), es una forma simplificada de psicoterapia que se centra en los problemas y soluciones actuales. Este tipo de terapia suele ser breve e incluso puede concluir en tres a seis sesiones.
Las psicoterapias convencionales pueden adoptar una variedad de formas, según el estilo del terapeuta individual. Para el proceso, en muchos casos, es fundamental un examen en profundidad del pasado, el análisis, el diagnóstico y el tratamiento. A menudo, el término «asesoramiento» se usa indistintamente con psicoterapia.
La terapia centrada en soluciones difiere mucho de algunas de estas técnicas de psicoterapia convencionales. En la terapia centrada en soluciones, en lugar de centrarse en eventos pasados y resolución de problemas, los clientes se centran en crear soluciones e imaginar un futuro deseado. Los clientes trabajan con un terapeuta para encontrar una manera de hacer realidad esa visión del futuro a través del cambio.
Al comienzo de la terapia centrada en soluciones, un consejero puede ayudar a un cliente a visualizar un futuro que no contiene los problemas actuales. Los siguientes pasos pueden incluir la identificación de factores que actualmente forman parte de la vida del cliente y que también forman parte de su visión de futuro. Estos factores son los componentes básicos para lograr el objetivo final.
Juntos, el cliente y el consejero identifican metas realistas y mensurables. En reuniones posteriores, lo más probable es que la terapia incluya la formación de pasos para alcanzar esos objetivos y lograr el futuro deseado. Como implica su nombre, esta forma de terapia se basa en encontrar soluciones a los problemas actuales.
A menudo, un cliente encontrará que la clave para resolver un problema anterior le ayudará con su situación actual. Un terapeuta también puede ayudar a un cliente a buscar una situación en la que podría haber ocurrido un problema, pero por alguna razón no sucedió. Determinar las razones por las que se evitó el problema puede ayudar a encontrar soluciones para el problema actual.
En la terapia centrada en soluciones, un cliente puede esperar que el terapeuta le haga muchas preguntas. Estas preguntas a menudo se concentrarán en el presente y el futuro y ayudarán a guiar al cliente hacia la identificación de formas de resolver problemas. En general, el terapeuta no se enfrentará a las confrontaciones. Las interacciones serán positivas y complementarias.
Mediante preguntas muy específicas, el terapeuta intentará ayudar al cliente a comprender mejor el problema, encontrar estrategias de afrontamiento y aprender a seguir el progreso. Durante una sesión, el terapeuta y el cliente pueden tomar un descanso para reflexionar sobre lo que ha ocurrido y lo que se ha revelado. Esta metodología que invita a la reflexión fomenta el proceso de cambio.
Una de las principales herramientas de la terapia centrada en soluciones es la «Pregunta milagrosa». En esta consulta, un terapeuta formulará una pregunta diseñada para concretar una solución viable y eficaz. Se le pedirá al cliente que imagine cómo se sentiría si se despertara y descubriera que su problema había desaparecido. Esta pregunta lleva a una exploración de qué pasos tomaría el cliente y qué cambios se podrían observar si ocurriera este “milagro”.