En medicina, el tratamiento empírico puede referirse a tratamientos administrados antes de un diagnóstico definitivo, o proporcionados sobre la base de la observación y la experiencia. El significado del término puede quedar claro por el contexto. Ambos se basan en la experiencia médica práctica, que puede revelar la forma más eficaz de tratar enfermedades en algunos entornos. Los investigadores que estudian el tratamiento empírico en ambos sentidos de la palabra buscan evidencia para respaldar los protocolos de tratamiento, proporcionando documentación definitiva para justificar su uso en diversos entornos médicos.
El primer sentido de este término implica una situación en la que un médico evalúa a un paciente y comienza a administrar el tratamiento antes de que se disponga de un diagnóstico específico, con el argumento de que proceder de inmediato es mejor que esperar. Esto puede deberse a la preocupación de que el paciente pueda desarrollar complicaciones mientras espera los resultados de la prueba o una evaluación adicional, o debido a la preocupación de que el paciente no pueda seguir con el tratamiento si se solicita un seguimiento. Por ejemplo, si un paciente llega con lo que parece ser una infección del tracto urinario, el médico puede recetar antibióticos en lugar de solicitar una muestra de orina y analizarla para averiguar qué organismos están presentes.
Según la experiencia, los médicos pueden brindar un tratamiento empírico inmediato para beneficiar a un paciente que necesita atención. Si el paciente no responde, otra evaluación puede proporcionar información sobre el motivo y ayudar al médico a decidir cómo proceder. Además, el tratamiento empírico de los síntomas puede estabilizar al paciente el tiempo suficiente para saber qué está pasando y que el médico pueda brindarle una atención definitiva. Cuando alguien deja de respirar, por ejemplo, el primer objetivo es asegurar las vías respiratorias y hacer que el paciente respire nuevamente para mantenerlo vivo antes de proceder con las pruebas de diagnóstico para averiguar por qué sucedió.
La observación y la experiencia pueden informar el tratamiento empírico, más que la teoría. Esto puede ser especialmente común en psicología y psiquiatría, donde hay una serie de teorías para explicar el comportamiento humano y cómo las personas responden al tratamiento. Los profesionales de la salud mental individuales pueden tomar sus propias decisiones sobre cómo tratar a los pacientes sobre la base de la experiencia, las encuestas y las conversaciones con otras personas en el campo. La terapia cognitivo-conductual, por ejemplo, es una forma de tratar empíricamente varios trastornos de salud mental.
La experiencia puede informar el juicio de un médico, que es una de las razones por las que los pacientes tienden a preferir proveedores de atención médica con más capacitación y experiencia. En situaciones en las que se podrían considerar varios tratamientos, se puede tomar una decisión individual sobre la base de observaciones de pacientes anteriores y eventos similares. Por lo tanto, dos pacientes que reciben tratamiento por la misma afección pueden recibir tratamientos diferentes e igualmente razonables, porque sus médicos están operando en experiencias prácticas en el pasado, en lugar de la teoría médica predominante.