La fototerapia es una forma de tratamiento médico en el que se utiliza algún tipo de luz para abordar un problema médico. Es posible que también escuche que se lo conoce como «terapia de luz». De manera más clásica, se usa luz ultravioleta, aunque también se pueden usar otras formas de luz, dependiendo de la afección que se esté tratando. La fototerapia ha demostrado ser útil para una amplia gama de afecciones.
Según el paciente y la afección, la fototerapia se puede realizar en un entorno de atención médica o en el hogar. La ventaja de ir a un consultorio médico es que el paciente tiene acceso a lámparas caras de primera línea, y el profesional médico puede controlar con precisión el nivel de luz al que está expuesto el paciente y la duración. Sin embargo, las personas que requieren tratamientos de fototerapia regulares pueden preferir comprar una lámpara o caja de luz para usar en casa.
Las afecciones de la piel como la psoriasis, el eccema y el acné a veces se benefician de la fototerapia. La exposición a la luz parece desencadenar procesos en la piel que reducen los brotes. En el tratamiento del acné, por ejemplo, la luz mata las bacterias que contribuyen al acné. Por lo general, se combina con otras formas de tratamiento para lograr la máxima eficacia.
Los bebés que nacen con ictericia también se tratan con fototerapia. La ictericia en los recién nacidos es causada por la acumulación de un pigmento llamado bilirrubina. La fototerapia ayuda al cuerpo a convertir la bilirrubina en una forma que se puede orinar o excretar, lo que permite que la piel del bebé vuelva a tener un color más habitual. El tratamiento de los bebés generalmente se lleva a cabo en un hospital inmediatamente después del nacimiento, y el personal vigila al bebé para asegurarse de que no tenga otros problemas médicos.
Algunos laboratorios del sueño recomiendan el uso de fototerapia para los trastornos del sueño, incluido el desfase horario. La exposición controlada a la luz puede ayudar a reentrenar el cuerpo, especialmente en entornos donde las noches son extremadamente largas, lo que dificulta que las personas dependan de los niveles de luz para determinar sus horarios de sueño.
Este tratamiento también se usa para el trastorno afectivo estacional (TAE), una forma de depresión que ocurre en el invierno, especialmente en regiones frías en latitudes extremas. La fototerapia regular parece ayudar a los pacientes con TAE a lograr un estado mental más equilibrado, y muchos pacientes montan cajas de luz en casa para poder participar en sesiones regulares. Algunas personas se someten a terapia dos o tres veces al día en el pico del invierno, cuando el SAD puede volverse muy difícil de sobrellevar.