También conocida como tuna, la fruta de nopal se usa comúnmente como aditivo en gelatinas procesadas, tés, jugos y bebidas alcohólicas. También se usa con fines medicinales para tratar enfermedades de la piel e intestinales. Tradicionalmente, los indios americanos, mexicanos y coreanos lo han utilizado para tratar quemaduras, indigestión y diabetes.
Las flores del fruto del cactus contienen los componentes médicos más utilizables. La investigación muestra que las flores de esta planta contienen quercitina, rutina, beta-sitosterol, penduletina, leteolina, kaempferol, isorhamnetina-glucósido y ácidos piscídicos. La piel también contiene nutrientes esenciales, como hierro, calcio, mangesio y selenio. La pulpa contiene antioxidantes adicionales, incluidos flavonoides y carotenoides.
Tradicionalmente, los indios americanos lo usaban como tratamiento de heridas para quemaduras. La planta se quemaba en la piel, lo que creían que evitaba la infección y la irritación. También mezclaron frutos de cactus en un té especial que creían que ayudaba a las mujeres durante el parto. Se ha utilizado en la medicina popular mexicana como tratamiento para la diabetes, la gonorrea y el asma. Los tallos de la fruta, llamados cladodios, se han utilizado para tratar el colesterol alto, la presión arterial, problemas gastrointestinales, glaucoma, problemas hepáticos y heridas.
También se ha utilizado tradicionalmente en la medicina coreana para aliviar la indigestión, el dolor de estómago, el asma, la diabetes tipo II y las quemaduras. Habitualmente se ha administrado por vía oral, aunque se utilizaron preparaciones tópicas para curar quemaduras. En otros países, como Sicilia, los tallos se han utilizado como diurético, desinfectante de heridas, calmante de pintura para las articulaciones y tratamiento para la tos ferina. Tradicionalmente, el uso más popular de la fruta de cactus ha sido curar heridas o quemaduras superficiales de la piel.
Se ha demostrado clínicamente que la fruta de cactus mejora el tiempo de cicatrización de las heridas. Varios estudios muestran que los polisacáridos de la fruta promueven la actividad hipoglucémica, lo que puede ayudar a los diabéticos tipo II a controlar su glucosa en sangre. Controlar la glucosa en sangre es importante para los diabéticos, que corren el riesgo de desarrollar hipoglucemia por diabetes no controlada.
Los tallos de la fruta del cactus también promueven la actividad antiinflamatoria, porque contienen beta-sitosterol, que se ha demostrado que reduce la inflamación en ratones. Los monosacardos y los fosfolípidos de membrana en la fruta también reducen la formación de úlceras. Se ha demostrado que sus porciones de flores, frutos y tallos inducen diuresis o aumento de la producción de orina en ratas.
Su contenido en polisacáridos es responsable de acelerar el tiempo de cicatrización de las heridas. Algunos estudios muestran que mejora la reparación y curación de heridas de espesor total. Esto se alinea con su uso tradicional como tratamiento de heridas y quemaduras.