¿Qué es la podología?

La podología es la rama de la medicina que se ocupa de las afecciones del pie y el tobillo. Los médicos capacitados en podología se conocen como podólogos, aunque a veces también se los conoce como podólogos. La mayoría de las afecciones que afectan la piel, las uñas o la mecánica del pie y el tobillo pueden ser tratadas por un podólogo. Estos incluyen uñas encarnadas y verrugas. Dependiendo de la afección, el tratamiento de los problemas del pie a menudo implica medicación tópica u oral, así como cirugía o corrección biomecánica.

Los podólogos a menudo se conocen como médicos de los pies, aunque también son capaces de tratar afecciones de las extremidades inferiores. Esto se debe al fuerte efecto que la mecánica del pie puede tener en el resto del cuerpo. Para convertirse en podólogo, una persona debe ingresar y graduarse de la escuela de medicina con una especialización en afecciones del pie. La podología a veces se conoce como podología según el país, y los términos a menudo se usan indistintamente.

Hay una serie de afecciones que pueden afectar los pies; como resultado, la podología requiere una amplia gama de conocimientos por parte del médico. Los problemas con la piel y las uñas, como ampollas o uñas encarnadas, se encuentran entre las molestias más comunes en los pies. La podología también trata los problemas biomecánicos del pie, como la sobrepronación, es decir, una afección en la que el tobillo y el pie se mueven hacia adentro al caminar. Las verrugas, también conocidas como verrugas, es otro trastorno común tratado por un podólogo.

El tratamiento de podología varía según la afección. Si el paciente tiene un problema en la piel, por ejemplo, entonces la medicación puede ser todo lo que necesita ser recetado. Sin embargo, para las lesiones del pie y los problemas biomecánicos, es posible que se necesiten aparatos ortopédicos o incluso cirugía. Los aparatos ortopédicos son plantillas de zapatos que ayudan a corregir problemas con la biomecánica del pie al brindar apoyo al arco. Las personas con diabetes a menudo son consideradas pacientes prioritarios por los podólogos porque la enfermedad puede ponerlos en mayor riesgo de complicaciones graves en los pies.

Los beneficios de la podología no se limitan simplemente a las condiciones que afectan directamente a los pies. Algunas afecciones de las extremidades inferiores pueden ser tratadas por un médico de los pies. Si, por ejemplo, una persona sufre de un seguimiento deficiente de la rodilla debido a que los tobillos se mueven hacia adentro, es posible que se le pida a un podólogo que fabrique aparatos ortopédicos a medida para solucionar el problema. Los atletas también suelen ser remitidos a un médico capacitado en podología para evaluar la mecánica del pie y el tobillo porque la corrección temprana puede reducir la posibilidad de una lesión futura.