Nuestro sol ofrece una reserva potencialmente enorme de energía limpia, gratuita e infinita. Todo lo que se necesita para convertir la energía solar en electricidad utilizable es un sistema fotovoltaico (PV). La mayoría de las personas están familiarizadas con las células fotovoltaicas o las han visto funcionar antes, como en calculadoras que funcionan con energía solar, señales de tránsito de emergencia y cabinas telefónicas, y en otros lugares. A medida que la tecnología fotovoltaica ha avanzado, se ha comenzado a utilizar un nuevo tipo de material fotovoltaico, a saber, la película fotovoltaica. Esta película tiene la misma función que la celda fotovoltaica tradicional, pero con una construcción que la hace flexible y mucho más versátil.
Una de las mayores ventajas de la película fotovoltaica es que puede recolectar tanta energía del sol como las células solares tradicionales, pero se necesita aproximadamente 100 veces menos material semiconductor para fabricar una película fotovoltaica. Esto significa que los costes de fabricación se reducen sustancialmente en comparación. Esto es especialmente intrigante para aquellos que ven los sistemas fotovoltaicos como una fuente alternativa de energía.
En el pasado, era precisamente el costo de los materiales necesarios lo que hacía que las células fotovoltaicas fueran tan caras y, por lo tanto, poco prácticas como medio para generar electricidad a gran escala. El desarrollo de películas fotovoltaicas representa un avance muy importante hacia la viabilidad de la producción de energía a gran escala mediante sistemas fotovoltaicos.
Otro punto digno de mención es que la película fotovoltaica en realidad puede generar más electricidad en algunas condiciones que las células fotovoltaicas tradicionales. También pueden funcionar mejor en condiciones de alta temperatura, son livianos y no son tan frágiles, ya que no se usa vidrio en su construcción.
Las células fotovoltaicas tradicionales se fabrican con dos capas de diferentes tipos de cristales de silicio que tienen diferentes características eléctricas. Estas capas de silicio permiten que los electrones fluyan a través de ellas cuando entran en contacto con los fotones, la partícula con forma de onda subatómica que es visible para nosotros como luz. A continuación, se colocan un respaldo y una rejilla de contacto a cada lado de la construcción de silicio de dos capas. Dado que el silicio es un material altamente reflectante, se agrega un revestimiento antirreflectante. Luego, toda la estructura se coloca en un marco resistente con una cubierta de vidrio, y los terminales eléctricos positivos y negativos se colocan en la parte posterior.
La película fotovoltaica se construye utilizando la misma técnica básica, aunque los materiales alternativos permiten que estos sistemas sean mucho más delgados y no necesiten una cubierta de vidrio. Muchos científicos y otras personas familiarizadas con los sistemas fotovoltaicos anticipan que la película fotovoltaica complementará y complementará los sistemas fotovoltaicos de silicio tradicionales, sin reemplazar por completo los sistemas más antiguos ni hacerlos obsoletos.