Soldar acero al carbono con acero inoxidable es un proceso común en la creación de una serie de productos. Este tipo de actividad a menudo implica el uso de un método de soldadura conocido como soldadura de gas inerte metálico (MIG), que ayuda a crear una unión fuerte entre el acero inoxidable y el acero al carbono. El proceso también requerirá el uso de grados específicos de varillas de soldadura, en función de los grados de los dos aceros utilizados para la aplicación.
Al soldar acero al carbono con acero inoxidable, la primera tarea es evaluar el grado o la clase de cada tipo de acero, porque ciertas clases de cada tipo de acero tienden a crear una unión más fuerte. Las pautas de la industria variarán de una nación a otra, y la clasificación generalmente se identifica con un código que consta de una letra con uno o dos dígitos. Los soldadores profesionales pueden determinar qué combinaciones funcionan bien juntas, evaluando la combinación en conjunto con los usos previstos del acero al carbono con el acero inoxidable.
La soldadura MIG sirve como el método más común para soldar acero al carbono con acero inoxidable. Este enfoque requiere una fuente de electricidad que ayude a generar el calor necesario para crear una soldadura segura. También existe la necesidad de elegir si utilizar un alambre o un electrodo que pueda rellenar la unión entre los dos aceros, y una emisión de gas que sirva de barrera entre el aire y la propia soldadura.
El flujo de energía al electrodo o alambre es constante, lo que permite al soldador controlar el tamaño y el movimiento a lo largo de la costura. Uno de los beneficios de la soldadura MIG es que el proceso puede ser gestionado por un ser humano o con el uso de un robot programado para gestionar la tarea. Dependiendo del tamaño de la operación, esto significa que la soldadura de acero al carbono a acero inoxidable puede ser una tarea totalmente manual, semiautomatizada o totalmente automatizada.
Parte del proceso de soldadura de acero al carbono a acero inoxidable también implica elegir el electrodo adecuado para el trabajo. Los criterios a considerar incluyen la posición de la soldadura, el nivel de abrasión presente con las dos superficies metálicas y el tipo de transferencia que ocurrirá entre los dos metales durante la soldadura real. No es inusual que un ingeniero de soldadura evalúe los detalles del trabajo y haga una selección final con respecto a qué tipo de electrodo crearía la mejor soldadura posible para el proyecto.