La reutilización adaptativa es un término que se refiere a la búsqueda de nuevas aplicaciones o usos para estructuras más antiguas que no están conectadas con las funciones originales de esas estructuras. A veces conocido como reciclaje de edificios o reutilización de estructuras, este enfoque requiere reelaborar el diseño interior de la estructura como un medio para hacerla adecuada para algún nuevo propósito. En algunos casos, la reutilización adaptativa también requiere alterar o adaptar la fachada del edificio para adecuarlo más a su nueva función.
El proceso de reutilización adaptativa es relativamente sencillo. Una estructura que ya no está en uso se evalúa por su potencial en alguna nueva aplicación. Si la estructura básica es sólida y la ubicación del edificio es propicia para el nuevo propósito propuesto, se compra la propiedad y se realizan los cambios necesarios en el interior para que se ajuste a esos nuevos propósitos. En muchos casos, esta adaptación creativa del edificio sirve no solo para revitalizar el edificio más antiguo, sino también para proporcionar nueva vida y energía en el área circundante. Muchas ciudades se involucran en la reutilización adaptativa como un medio para revitalizar áreas más antiguas que ya no son capaces o necesarias en su forma actual, pero que tienen el potencial de atraer a los ciudadanos una vez que los edificios en el área se reutilizan.
Hay muchos ejemplos diferentes de reutilización adaptativa. Un escenario común en muchas áreas metropolitanas es la conversión de almacenes más antiguos en viviendas, generalmente en forma de lofts o condominios. Con esta aplicación, generalmente se intenta retener algunas de las características arquitectónicas del edificio, como ladrillos a la vista, ventanas grandes y vigas a la vista. El espacio interior está dividido en varios apartamentos distintos, con plomería y cableado agregado para que las unidades sean funcionales y atractivas. El reciclaje de este tipo hace posible crear espacios residenciales adicionales al convertir un área que alguna vez fue un próspero distrito comercial, pero que ya no sirve para ese propósito.
Incluso en pueblos y comunidades pequeñas, puede tener lugar la reutilización adaptativa. Las casas a veces son compradas por pequeños grupos religiosos y convertidas en una casa de culto quitando o agregando paredes y otros elementos al espacio interior. Del mismo modo, las iglesias y otros lugares de culto pueden adaptarse para proporcionar espacio para nuevas escuelas o un teatro comunitario. Las oficinas de correos que se han cerrado a veces se compran y se rediseñan para que funcionen como espacio para un negocio minorista. Las gasolineras incluso se pueden convertir en restaurantes de moda, conservando algunos de los elementos de diseño del pasado pero alterando y agregando lo que sea necesario para crear un ambiente agradable para los comensales.