Carga seca es un término que se utiliza para describir mercancías que son sólidas y secas, y no requieren ningún tipo de precauciones especiales durante el proceso de envío. Los bienes de este tipo no son ningún tipo de gas o líquido, y pueden enviarse en contenedores que no tengan ningún tipo de equipo de control de temperatura incluido. Hay varios tipos de mercancías que pueden considerarse carga seca, incluidos algunos productos secos, metales como el hierro o el acero, e incluso algunos tipos de cereales alimentarios que tienen una mayor tolerancia al calor o al frío.
Se considera que el transporte de carga seca es relativamente sencillo de realizar. Los bienes incluidos en este tipo de envío no requieren más que un embalaje y almacenamiento adecuados dentro del contenedor de envío para poder ser transportados desde un punto de origen hasta un punto de destino. Es muy poco probable que los productos de este tipo se estropeen incluso si se experimentan calor o frío extremos durante el proceso de envío. Dado que la carga seca representa menos gastos para el remitente a fin de garantizar que las mercancías lleguen en condiciones de uso, los costos evaluados para el proceso de envío suelen ser más bajos que los costos de envío de mercancías que requieren un manejo especial adicional.
Un contenedor de carga seca normalmente es hermético, lo que evita de manera efectiva que cualquier elemento externo dañe las mercancías que se están enviando. Esto es cierto tanto si las mercancías se envían por ferrocarril, por carretera o por agua. Los buques de carga seca, los camiones y los vagones de ferrocarril normalmente no incluyen equipo para mantener la temperatura interna de los contenedores de envío dentro de un rango determinado, ya que los cambios de temperatura no afectan los productos secos. Por lo general, la posibilidad de que entre humedad en el contenedor, así como los daños sufridos si la mercancía se desplaza durante el transporte, son las dos áreas de preocupación al enviar cualquier tipo de carga seca.
Muchas naciones proporcionan regulaciones específicas con respecto al envío de carga seca dentro de sus fronteras. Además, el proceso de importación o exportación de este tipo de carga también suele estar cubierto por las regulaciones comerciales gubernamentales entre los dos países involucrados. Los remitentes observan estas regulaciones y también tienden a informar a sus clientes sobre qué precauciones deben tomarse al preparar la mercancía para su envío, qué tipo de procesos de carga y descarga estarán involucrados y qué esperar en términos de cargos por brindar el servicio de envío. Cuando se sigue adecuadamente, se minimizan las posibilidades de contaminación debido a la exposición a la humedad o los daños causados por el desplazamiento durante el transporte, lo que permite que las mercancías lleguen a su destino previsto en las mismas condiciones en las que salieron de su puerto de origen.