La principal ventaja de utilizar una red doméstica inalámbrica es la conveniencia. Una red inalámbrica brinda la oportunidad de conectarse a Internet desde prácticamente cualquier lugar de la casa, lo que deja a los usuarios libres para trabajar desde las mesas de la cocina y los sofás, en lugar de obligarlos a utilizar una conexión por cable estacionaria. Desafortunadamente, esto tiene un costo significativo. Cuando se usa una red inalámbrica, cualquier persona dentro del alcance puede ver y potencialmente conectarse a la red, posiblemente comprometiendo la seguridad de los archivos personales y la información en las computadoras de la red doméstica. Evitar esto requiere un mantenimiento rápido y regular de la seguridad de la LAN inalámbrica.
Sin duda, el método más eficaz para implementar la seguridad de la LAN inalámbrica es implementar un método de cifrado en la red inalámbrica. Un método de cifrado codifica la información que viaja a través de la red, evitando que miradas indiscretas «olfaten» los paquetes a medida que se mueven de un punto a otro. Habilite esto a través del enrutador en la red doméstica inalámbrica. Por lo general, la mayoría de los enrutadores ofrecen una opción entre Privacidad equivalente por cable (WEP) y Acceso protegido Wi-Fi (WPA). Algunos enrutadores también ofrecen WPA2, una versión mejorada del método de cifrado WPA original. Para reforzar la seguridad de la LAN inalámbrica, elija los métodos WPA o WPA2.
Si la red usa cifrado WEP, un hacker persistente puede usar un programa para adivinar la contraseña al azar en aproximadamente 10 minutos. Usando WPA o WPA2, el mismo procedimiento tomaría de 10 a 20 años. Por lo tanto, WPA es la opción preferida para aumentar la seguridad de la LAN inalámbrica.
La solidez de la contraseña de la red inalámbrica también es una consideración importante cuando se trata de reforzar la seguridad. Idealmente, una contraseña inalámbrica debe constar de al menos 10 caracteres, utilizando una combinación aleatoria de letras mayúsculas y minúsculas, junto con caracteres especiales como «!» «%» Etcétera. Como la contraseña se puede guardar en las computadoras de la red, no se preocupe por elegir algo que se pueda recordar fácilmente; en su lugar, elija algo lo más seguro posible para evitar problemas con piratas informáticos y fisgones en el futuro.
Además, cambiar regularmente la contraseña en la red inalámbrica es la mejor manera de mantener a las personas no deseadas fuera del sistema. Idealmente, cambie la contraseña de la red inalámbrica al menos una vez al mes. Si hay datos financieros personales importantes en las computadoras de la red, considere cambiarlos una vez por semana o una vez cada dos semanas. Muchos enrutadores ofrecen la capacidad de generar claves de contraseña de forma aleatoria para redes inalámbricas; utilícelo siempre que sea posible, ya que evitará patrones predictivos que puedan desarrollarse con el tiempo con cadenas de contraseña generadas estrictamente por humanos.