Un pólipo intestinal es una excrecencia o elevación de la mucosa intestinal. Los pólipos intestinales se pueden clasificar como neoplásicos o no neoplásicos. Los pólipos neoplásicos tienen el potencial de convertirse en cáncer, mientras que los pólipos no neoplásicos son inflamatorios, hiperplásicos o hamartomatosos. En el tratamiento de un pólipo intestinal, su potencial de progresar a cáncer y los síntomas del paciente son consideraciones importantes.
La formación de tipos de pólipos no neoplásicos depende de la causa. Los pólipos inflamatorios se forman debido a la abrasión y ulceración recurrentes, que provocan lesiones cíclicas y cicatrización. Por ejemplo, se puede formar un pólipo en la mucosa rectal debido al deterioro de la relajación del esfínter anorrectal, lo que lleva al llamado síndrome de úlcera rectal solitaria.
Los pólipos intestinales hiperplásicos son proliferaciones de la mucosa y normalmente aparecen en personas mayores de 50 años. Su causa no se comprende completamente, pero se cree que la causa es una disminución del recambio y un retraso en la eliminación de las células epiteliales. Los pólipos hiperplásicos no progresan a cáncer.
Las causas de los pólipos hamartomatosos son principalmente genéticas o adquiridas. El hamartoma se refiere a un crecimiento similar a un tumor de tejidos maduros ubicados en un sitio donde esos tejidos se encuentran normalmente. Cuando los pólipos hamartomatosos se presentan con otros síntomas, provocan lo que se denomina síndrome de poliposis hamartomatosa.
Un ejemplo de síndrome de poliposis hamartomatosa es el síndrome de Peutz-Jeghers, en el que la persona tiene pólipos intestinales principalmente en el intestino delgado, adenocarcinoma de colon y máculas cutáneas. Existe un mayor riesgo de cáncer de mama, tiroides, pulmón, vejiga, páncreas y gonadales. Otro ejemplo es la poliposis adenomatosa familiar (FAP), un trastorno autosómico dominante con la mutación adenomatous polyposis coli (APC), en el que al menos 100 pólipos están presentes en todo el intestino grueso. El cáncer colorrectal se desarrollará en pacientes que no reciben tratamiento.
Las causas de los pólipos neoplásicos incluyen tumores carcinoides, linfomas, cánceres metastásicos, tumores estromales y adenomas de colon. El pólipo neoplásico más común e importante es el adenoma colónico, porque sirve como lesión precursora de la mayoría de los casos de adenocarcinomas colorrectales o cáncer colorrectal. Los adenomas colorrectales ocurren en hasta el 50% de los adultos occidentales a la edad de 50 años, razón por la cual se recomienda la prueba de colonoscopia a los 50 años. Cuando una persona tiene un familiar que tuvo cáncer de colon a una edad temprana, la prueba de detección debe realizarse antes.
La mayoría de los adenomas colorrectales son benignos, pero es posible que algunas personas ya tengan cáncer invasivo cuando se detectan. El tamaño es el factor más importante asociado con el riesgo de cáncer. Los adenomas colorrectales de menos de 0.4 pulgadas (1 cm) de tamaño suelen ser benignos, pero los estudios sugieren que el 40% de los pólipos de más de 1.6 pulgadas (4 cm) de diámetro son cancerosos.
El tratamiento de un pólipo intestinal implica la extirpación del pólipo intestinal o polipectomía, que utiliza electrocauterio. Los pacientes con pólipos demasiado grandes o numerosos pueden necesitar cirugía laparoscópica. Cuando a un paciente se le ha diagnosticado un síndrome genético, como PAF, la opción de tratamiento es la extirpación del colon y el recto. A esto se le llama proctocolectomía profiláctica.