El cáncer de cerebro metastásico es una forma de cáncer que se origina en otras partes del cuerpo y se disemina al cerebro. Históricamente, las metástasis cerebrales han sido fatales en la mayoría de los casos, debido a la delicadeza que implica el tratamiento de los cánceres cerebrales. Los avances en el tratamiento del cáncer y la neurocirugía han aumentado la tasa de supervivencia de las personas con cáncer cerebral metastásico, pero sigue siendo un diagnóstico muy serio que requiere una acción inmediata para obtener el mejor pronóstico.
Para que el cáncer llegue al cerebro, debe atravesar el torrente sanguíneo. Los cánceres de pulmón son especialmente propensos a hacer metástasis en el cerebro, aunque otros tipos de cáncer, como el de vejiga y el de mama, también pueden extenderse al cerebro. Debido a que el tumor se origina en otra parte del cuerpo, en lugar de en el cerebro mismo, el cáncer de cerebro metastásico también se denomina a veces «cáncer de cerebro secundario». Es aproximadamente 10 veces más probable que se desarrolle cáncer de cerebro metastásico que que un tumor surja en el cerebro de forma independiente.
Las personas con cáncer de cerebro metastásico generalmente desarrollan síntomas neurológicos, de una naturaleza que puede variar, dependiendo de la ubicación del cáncer. La dificultad para hablar, la confusión, la falta de coordinación, la pérdida de memoria, los problemas de visión y la pérdida del habla pueden ocurrir con el cáncer de cerebro metastásico. A los pacientes que presenten estos síntomas generalmente se les pedirá que se sometan a estudios de imágenes médicas para que los médicos puedan ver lo que está sucediendo dentro del cerebro, y estos estudios revelarán la presencia de un tumor.
Existen varios enfoques de tratamiento para el cáncer de cerebro metastásico. En algunos casos, es posible extirpar el tumor, lo que aliviará la presión sobre el cerebro y reducirá el riesgo de diseminación. Después de la cirugía, el paciente puede someterse a quimioterapia o radiación para matar las células cancerosas rebeldes. En otros casos, la cirugía puede no ser una opción, en cuyo caso se utilizará radioterapia dirigida o radioterapia de todo el cerebro para intentar detener el crecimiento del tumor.
Si no se trata, el cáncer de cerebro metastásico puede ser fatal en semanas. Este cáncer se mueve rápida y agresivamente, por lo que es importante consultar a un médico acerca de los síntomas neurológicos en las primeras etapas, de modo que se pueda identificar un tumor antes de que haya tenido la oportunidad de extenderse más. Las personas con cáncer a menudo están especialmente alerta a la posibilidad de propagación del cáncer, y sus chequeos médicos de rutina pueden incluir la detección de los primeros signos de metástasis.