Un transcriptor de música produce partituras a partir de música que se realiza o graba. La partitura se puede usar para estudiar la música, reproducirla nuevamente en otros lugares o para desarrollar arreglos en los que la música se altere de alguna manera. La transcripción de música requiere un oído excelente, habilidad con instrumentos musicales y paciencia. Estos profesionales pueden ganar diferentes cantidades de dinero, dependiendo del tipo de música que manejen y cuántos trabajos puedan hacer cada año.
Hay una serie de configuraciones en las que los servicios de un transcriptor de música, también conocido como transcriptor de música, podrían ser necesarios. El ejemplo clásico es cuando alguien tiene una grabación de una pieza musical, pero ninguna partitura para acompañarla. La música podría ser algo así como una pieza de jazz improvisada, grabaciones de música étnica tradicional, o incluso una grabación de música popular para la cual no se ha lanzado ninguna partitura. Un transcriptor de música puede escuchar la pieza musical y transcribirla en forma de partituras que puede leer cualquier persona que tenga la capacitación para leer música.
Esto lleva tiempo. El transcriptor de música generalmente escucha la pieza hasta el final al menos una vez, y luego comienza a leerla, utilizando la notación musical para traducir lo que se escucha en algo que se puede leer en forma de partituras. La tarea puede ser especialmente complicada cuando la música incluye más de un instrumento, o utiliza acordes, teclas y técnicas que pueden no ser familiares para el transcriptor. Los transcriptores de música tienden a enfocarse en un género particular o área de interés para que trabajen con música con la que estén familiarizados.
Los transcriptores pueden escribir partituras a mano o usar programas de computadora. También pueden usar la tecnología en la transcripción, haciendo cosas como reducir la velocidad para escuchar las notas más fácilmente. Además, algunos programas tienen una función de autotranscripción que está diseñada para generar partituras automáticamente, aunque la confiabilidad de dichos programas no siempre es la mejor.
Los estudios de grabación y los archivos a veces usan transcriptores para producir partituras cuando no está disponible, al igual que los músicos individuales; no todos los músicos escriben y leen partituras, y un músico puede optar por usar un transcriptor de música para preparar partituras de su trabajo. Esta partitura puede distribuirse a miembros de la banda o venderse a miembros del público que deseen poder tocar el trabajo de ese músico.
Es importante distinguir entre un transcriptor y un copista. Un copista es alguien que copia partituras. Históricamente, la única forma de obtener reproducciones de música era usar un copista. Hoy, la partitura digitalizada ha hecho que la necesidad de copistas sea menos común. Un transcriptor tampoco es un arreglista, aunque los transcriptores pueden hacer cosas como dividir partituras de orquesta en sus partes componentes y transcribir una pieza de música diseñada para un instrumento para que pueda usarse con otro.