En anatomía, el espacio intercostal, a menudo abreviado ICS, es el espacio entre dos costillas. Este término proviene de las raíces latinas «inter», que significa entre, y «costa», que significa costilla. Los humanos tienen 12 costillas a cada lado, lo que significa que hay 11 espacios intercostales a cada lado del cofre, numerados del primero al undécimo de acuerdo con el número de costillas sobre el espacio. El espacio intercostal alberga una serie de características anatómicas diferentes.
Cada uno de estos espacios contiene varias capas de músculos intercostales, cada uno de los cuales tiene una función específica diferente. El diafragma se combina con la combinación intercostal para jugar un papel clave en la respiración. Estos músculos mueven el cofre, aumentando y disminuyendo el tamaño de la cavidad torácica. Al expandirse y contraerse, el cofre atrae aire hacia los pulmones y lo obliga a salir nuevamente. Los músculos intercostales están rodeados por dos membranas llamadas membranas intercostales externas e internas.
Cada capa de músculo intercostal juega un papel diferente en el proceso de respiración. Los músculos intercostales externos levantan las costillas, expandiendo la cavidad torácica para la inhalación. Los músculos intercostales internos bajan las costillas como parte de la exhalación. La última capa, los músculos intercostales más internos, contiene otros músculos que también juegan un papel en la inhalación, así como uno, el músculo subcostal, cuya función no está clara. Los nervios y las arterias intercostales se conectan a los músculos intercostales, suministrando sangre y controlando sus acciones.
Además de las capas musculares, el espacio intercostal contiene haces de nervios, venas y arterias. Estos corren juntos en una agrupación llamada paquete neurovascular. El haz neurovascular se extiende entre los músculos intercostales internos y más internos en la parte superior del espacio intercostal, cerca de la costilla. La vena ocupa la parte superior del haz neurovascular, con la arteria debajo y el nervio en la parte inferior. Como resultado de esta posición, las inserciones quirúrgicas en o a través del espacio intercostal generalmente pasan entre las costillas en un ángulo bajo para evitar tocar el haz neurovascular.
En otros animales además de los humanos, la anatomía del espacio intercostal varía. Algunos, como perros, gatos, conejos y monos tienen una anatomía muy similar a la de los humanos. En otros, sin embargo, los músculos del espacio intercostal están dispuestos de manera muy diferente, aunque la función parece ser la misma. Este es el caso en cabras y ovejas, que carecen de los músculos intercostales en capas que se encuentran en los humanos.