¿Cuál es la relación entre el PIB y la inflación?

El PIB y la inflación son considerados importantes indicadores económicos. Se cree ampliamente que existe una relación entre los dos. El problema es que hay desacuerdos sobre qué es esa relación o cómo funciona. Como resultado, cuando los gobiernos toman decisiones basadas en estos datos, el resultado a menudo no se puede garantizar.

La exploración de la relación entre el PIB y la inflación se inicia mejor desarrollando una comprensión de cada término individualmente. El PIB es un acrónimo de producto interno bruto, que es el valor de los bienes y servicios de una nación durante un período específico. Esta cifra se considera generalmente como un indicador importante de la salud de una economía. Se puede pensar de la misma manera que los resultados de laboratorio indican la salud de un individuo.

La inflación se refiere a una situación en la que aumentan los niveles de precios promedio o cuando aumenta la cantidad de moneda. Como resultado, el dinero tiene menos poder adquisitivo. Como ejemplo simplista, imagine que la unidad monetaria de un país se llama yen y cada yen compra una taza de arroz y una rodaja de carne. Cuando las personas van al mercado un día, encuentran que obtener una taza de arroz y una rodaja de carne costará dos yenes. En este caso, la inflación ha ocurrido.

Comprender cómo se relacionan estos dos términos no será tan simple. La razón principal es porque la relación es objeto de mucho debate. Para empezar, no hay consenso sobre las causas exactas de la inflación. Muchas personas creen que ocurre cuando hay demasiado dinero y no hay suficientes bienes y servicios disponibles.

Según este sistema de creencias, los precios suben cuando las personas compiten por un suministro limitado de artículos. Esto significa que un aumento del PIB, o un crecimiento en la cantidad de bienes y servicios, debería equivaler a una reducción en el nivel de precios de esos artículos, o que debería ocurrir una deflación, para aquellos que buscan usar jerga económica. Todos no están de acuerdo en que esta relación sea absoluta.

El PIB y la inflación a menudo se asocian entre sí porque los gobiernos y los bancos centrales a menudo toman decisiones basadas en estas cifras e intentan manipularlas. Si una economía no está creciendo o no está creciendo lo suficientemente rápido, un banco central puede reducir las tasas de interés para hacer que los préstamos sean más atractivos. La lógica detrás de esto es que fomentará el gasto, lo que conducirá a un aumento del PIB. El inconveniente de este movimiento es que, según muchas creencias populares, también provocará la inflación.

Si una economía está creciendo demasiado rápido, lo que podría generar escasez debido a que las personas demandan productos y servicios más rápido de lo que se les puede suministrar, los movimientos pueden reducir el PIB. Esto puede hacerse aumentando las tasas de interés, lo que se considera un medio para hacer que el dinero sea más difícil de conseguir porque los préstamos son más caros. Según muchos, esto debería ayudar a controlar la inflación porque el efecto debería ser una menor demanda de bienes y servicios. Sin embargo, los problemas tienden a surgir porque las acciones que se centran en manipular el PIB y la inflación pueden no producir los efectos deseados, lo que tiende a alimentar el debate sobre su relación.

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