Una ventaja comparativa en el comercio es la ventaja que tiene un país sobre otro en la producción de un bien o servicio en particular. Esta ventaja puede venir debido a la infraestructura, la fuerza laboral, la tecnología o las innovaciones de un país, o los recursos naturales. El uso de la ventaja comparativa en el comercio exige que los países dediquen la mayor parte de sus esfuerzos a producir esos bienes donde poseen una ventaja comparativa. El contraste de esto es que los países deberían intentar importar aquellos bienes que representan una desventaja comparativa para ellos, creando así una situación ventajosa para todas las naciones que participan en el comercio exterior.
El comercio entre naciones siempre ha sido una gran parte de la economía global. Ese es aún más el caso en los tiempos modernos, considerando los impresionantes avances en transporte y comunicación que la tecnología ha brindado. Cada país en el mundo tiene productos específicos que pueden producir a una tasa alta y un costo bajo en comparación con otras naciones. Este hecho es lo que impulsa la noción de ventaja comparativa en el comercio.
Como ejemplo de cómo se manifiesta la ventaja comparativa en el comercio, imagine dos países que se dedican a la producción de automóviles. El país A ha estado produciendo automóviles durante mucho tiempo, y han implementado varios avances tecnológicos que les permiten producir los automóviles a un bajo costo. Por el contrario, la industria automotriz en el país B apenas está comenzando y, como resultado, ni la fuerza laboral ni las materias primas disponibles son propicias para la producción a un alto nivel.
En este caso, tiene sentido que el país A ponga gran parte de sus recursos detrás de la producción de automóviles. El país A también debería centrarse en exportar automóviles a países como el país B que carecen de la capacidad para producirlos a grandes niveles. Por otro lado, el país B está desperdiciando sus esfuerzos tratando de producir automóviles a un alto nivel. En cambio, el concepto de ventaja comparativa en el comercio supone que este país debería concentrarse en aquellos bienes que está mejor equipado para producir.
Cualquier país que haga uso de una ventaja comparativa en el comercio para exportar bienes también debe estar preparado para importar esos bienes cuando carece de ventaja. Poner dinero en la producción de esos bienes donde la ventaja radica significa asumir el costo de oportunidad de esa producción adicional. Este costo de oportunidad vale la pena, ya que el país en cuestión generalmente puede cosechar los beneficios de las exportaciones que vende a otros países. Con este sistema, todos los socios comerciales pueden aprovechar sus fortalezas, amortiguar sus debilidades y beneficiarse de las transacciones internacionales en todo momento.
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