El melón amargo, también conocido como calabaza amarga, pepino silvestre o pera balsámica, es miembro de la familia de las calabazas. Se ha utilizado en medicina tradicional durante cientos de años para tratar una variedad de dolencias, como diabetes, problemas digestivos y malaria. Aunque algunos estudios pequeños han demostrado que los componentes químicos del melón amargo pueden reducir los niveles de azúcar en la sangre y mejorar la sensibilidad a la insulina en los diabéticos, la mayoría de los científicos están de acuerdo en que estos estudios deben repetirse con controles más estrictos y un grupo más grande de sujetos. En ausencia de tales estudios, la mayoría de los médicos no se sienten cómodos recomendando melón amargo para la diabetes. Además, hay una serie de efectos secundarios graves asociados con esta fruta tropical.
La investigación sobre los beneficios del uso de melón amargo para la diabetes se realizó en 100 pacientes con diabetes tipo 2 en 1999 en una clínica en Bangladesh. Los investigadores comprobaron los niveles de azúcar en sangre en ayunas de 12 y 24 horas de los pacientes, y nuevamente después de que los pacientes bebieron 75 gramos (2,65 onzas) de glucosa. Después de esto, se les dio a los pacientes pulpa de melón amargo para beber, y se volvió a controlar su azúcar en sangre. De cada 100 pacientes, 86 mostraron una reducción del 14% en sus niveles de azúcar en sangre en ayunas y después de las comidas. Un estudio filipino realizado en 2007 mostró que una dosis de melón amargo de 100 miligramos por kilogramo (0.004 onzas por 2.2 libras) redujo los niveles de azúcar en la sangre tan efectivamente como una dosis de 2.5 miligramos (8.81 onzas) del medicamento contra la diabetes Glibenclamida dos veces al día.
Investigadores del Instituto Garvan en Australia y del Instituto Shangai en China han realizado investigaciones que mostraron que ciertos componentes químicos del melón amargo activan una enzima llamada adenosina monofosfato quinasa o AMPk. La enzima es responsable de regular el metabolismo y la absorción de glucosa en los músculos. La investigación japonesa mostró que el melón amargo actúa de manera similar a la insulina animal. A pesar de estos estudios prometedores, se necesitan pruebas mucho más rigurosas para validar investigaciones previas.
El melón amargo tiene posibles efectos secundarios que pueden ser fatales para los diabéticos. La hipoglucemia, una condición en la cual el azúcar en la sangre baja demasiado, es el riesgo principal involucrado en tomar melón amargo para la diabetes. Si la hipoglucemia no se trata rápidamente, el paciente diabético podría caer en coma y provocar la muerte. Las mujeres embarazadas no deben tomar melón amargo para tratar la diabetes porque puede causar sangrado y contracciones uterinas y puede provocar un aborto espontáneo. Las personas que desean tomar melón amargo para la diabetes deben hacerlo solo bajo la supervisión cercana de un profesional de la salud.