¿Cómo se utilizaron los murciélagos en la Segunda Guerra Mundial?

La idea de utilizar «bombas murciélago» contra Japón en represalia por el ataque furtivo de diciembre de 1941 a Pearl Harbor puede parecer ridícula, pero, durante un tiempo, el presidente Franklin D. Roosevelt estuvo a favor del plan, y los expertos militares estadounidenses trabajaron en una prototipo. La teoría era que la carcasa de una bomba podía contener miles de murciélagos hibernando, cada uno de los cuales estaba atado con un dispositivo incendiario y un temporizador. Si todo salía según lo planeado, innumerables murciélagos de cola libre mexicanos serían liberados sobre las ciudades japonesas, que eventualmente se posarían en aleros y áticos e iniciarían miles de pequeños incendios.

Una invasión de murciélagos bombarderos:

Lytle S. Adams, un dentista de Pensilvania que era conocido de la Primera Dama Eleanor Roosevelt, propuso la idea en enero de 1942 después de unas vacaciones en Nuevo México, donde aprendió sobre los murciélagos en las Cavernas de Carlsbad.
La idea, más tarde conocida como Proyecto X-Ray, se consideró seriamente. Louis Fieser, el inventor del napalm militar, diseñó pequeños dispositivos incendiarios para que los llevaran los murciélagos.
Después de numerosas pruebas durante varios años, a un costo de alrededor de $ 2 millones de dólares, se determinó que las bombas murciélago no estarían listas hasta mediados de 1945. En ese momento, se consideró que la bomba atómica era una opción más conveniente para llevar sobre el final de la guerra.