En la política estadounidense, un estado de campo de batalla es un estado en el que la carrera política entre un republicano y un demócrata, generalmente candidatos presidenciales, es extremadamente reñida. Debido a la forma en que se llevan a cabo las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, el voto popular no es tan importante como el recuento individual de los estados. Esto permite que las campañas sigan una estrategia estado por estado para ganar una elección, lo que hace que los estados donde la contienda es muy importante.
Tradicionalmente, los estados que han votado por los republicanos se han marcado en rojo y los que han votado por los demócratas están marcados en azul. Un estado de campo de batalla a menudo se denomina estado púrpura: una mezcla de rojo y azul.
Además, con el énfasis estado por estado en las elecciones presidenciales, cualquier estado donde haya votantes esté estrechamente dividido entre los candidatos es fundamental. Cada estado recibe un cierto número de votos en el colegio electoral, según su población. Se necesitan 270 votos electorales para ganar una elección presidencial. Debido al hecho de que la mayoría de los estados dedican todos sus votos electorales al candidato ganador, no importa qué tan cerca esté la votación, cada estado que parezca que podría ir en cualquier dirección tiene la capacidad de marcar la diferencia en una elección extremadamente cerrada.
La determinación de si un estado es un campo de batalla generalmente se realiza mediante encuestas políticas. Esta encuesta mostrará, en términos generales, cuán competitivo puede ser un estado potencial entre dos candidatos. Si un estado está dentro del margen de error en la votación, o si ha demostrado grandes oscilaciones entre los candidatos, entonces puede ser declarado campo de batalla.
Esta designación es más beneficiosa para los medios y el público en general que las campañas. Cada campaña sabe lo que necesita para tener éxito y elaborará una estrategia basada en los estados que la campaña cree que puede ganar. Esto se determinará a través de la historia pasada, las consideraciones geográficas y sus propios números de votación internos. Como tal, las campañas ya habrán identificado los estados identificados como campos de batalla.
Las campañas apuntarán a todos los estados del campo de batalla a través de una serie de estrategias diferentes. En primer lugar, las compras de medios, como la televisión, la radio y los anuncios en periódicos, serán una parte importante de cualquier plan. Los correos directos y el personal de campaña también se centrarán en esos estados. Además, es probable que cada candidato realice más visitas personales al estado en un esfuerzo por obtener cobertura mediática gratuita y llegar a la mayor cantidad posible de votantes a nivel personal.