¿Qué son los ataques de ira?

Los ataques de ira, a menudo algo similares a los ataques de pánico, se caracterizan por sentimientos incontrolables de rabia o malestar. Estos pueden estar dirigidos hacia adentro o hacia otra persona, y no todos responden a los ataques de ira de la misma manera. Algunas personas gritarán o se volverán violentas con otras; algunas personas tirarán o romperán cosas; mientras que otros pueden sentarse en silencio y sentirse llenos de ira y agresión por dentro. Algunas personas experimentan estos ataques aparentemente sin motivo, mientras que otras pueden ser provocadas por un tipo específico de evento estresante o perturbador. Los trastornos mentales como la depresión, la ansiedad o la esquizofrenia, entre otros, a menudo también se asocian con ataques incontrolables de ira.

Los síntomas físicos de los ataques de ira pueden ser fáciles de reconocer una vez que han ocurrido una o dos veces. Generalmente, comienza con una opresión en el pecho y un aumento de los latidos del corazón. Algunas personas se sienten temblorosas o incluso mareadas, y pueden comenzar a sudar o sentir que la temperatura corporal aumentó drásticamente o que comienzan a tener escalofríos. Todo esto suele suceder con bastante rapidez. La piel también puede comenzar a sentir un hormigueo y, aunque la ira puede ser la emoción que una persona termina sintiendo, a menudo comienza como una ansiedad intensa o miedo a que se produzca la pérdida de control.

El siguiente paso en los ataques de ira son típicamente los sentimientos de ira intensa. Estos sentimientos pueden tener una causa fácilmente identificable, pero en algunos casos puede ser imposible ver de dónde proviene la ira. Algunas personas pueden entender lógicamente que no tienen ninguna razón para estar enojadas, pero aún así serán incapaces de detener el sentimiento, lo que puede ser increíblemente frustrante. La ira puede manifestarse de diversas formas; algunas personas les gritarán a otras o incluso las golpearán físicamente. Otros pueden golpear objetos, como golpear una pared, arrojar algo o romper algo.

Algunas personas no mostrarán ataques de ira en absoluto, pero lo sentirán por dentro de una manera muy intensa. Esto no solo es bastante perturbador, sino que también puede ser fisiológicamente bastante dañino para el cuerpo, ya que los períodos intensos de estrés pueden aumentar el riesgo de enfermedad cardíaca. Aunque estos ataques están asociados con ciertas enfermedades mentales, algunos son causados ​​sin razón aparente y las personas con ciertos tipos de personalidad pueden ser más propensos a ellos. Buscar psicoterapia puede ser útil y algunas personas encuentran que los medicamentos pueden ayudarles a controlar sus ataques y evitar que ocurran. A menudo, desarrollar la capacidad de prever el inicio de un ataque es un paso clave para aprender a manejar el problema.