Un ultrasonido pélvico es un estudio de imágenes por ultrasonido realizado con el propósito de observar estructuras anatómicas dentro y alrededor de la pelvis. Este tipo de estudio de imágenes puede usarse para observar el tracto reproductivo o el tracto urinario, para ver más de cerca estructuras como el útero, la vejiga, los riñones y la próstata, entre otras. Hay varias razones para que un médico solicite una ecografía pélvica y hay varios tipos diferentes disponibles.
Las imágenes por ultrasonido implican la generación de ondas sonoras de alta frecuencia que se dirigen al cuerpo, donde rebotan en las estructuras internas. La máquina de ultrasonido registra las ondas sonoras cuando regresan y utiliza información sobre cómo han cambiado las ondas sonoras para generar una imagen del interior del cuerpo. La ecografía se considera una forma no invasiva de prueba médica, porque no implica romper la piel.
En una ecografía abdominal, la sonda de ecografía se coloca sobre el estómago. Se puede empujar hacia el estómago para obtener una mejor imagen o ángulo, y el paciente generalmente se acuesta boca arriba para obtener la mejor imagen. En una ecografía vaginal, también llamada ecografía transvaginal, la sonda se inserta en la vagina con el fin de obtener una mejor imagen, ya que habrá menos tejido entre la sonda de ecografía y el área de interés. La ecografía rectal o transrectal implica la inserción de la sonda en el recto.
A veces, se utiliza una ecografía pélvica en el proceso de diagnóstico de la enfermedad. Es posible que el médico quiera ver si un paciente tiene una anomalía congénita, obstrucción urinaria, tumor, fibroma o anomalía similar que podría explicar un problema médico. La ecografía pélvica también se utiliza en el tratamiento de la fertilidad y para controlar el curso del embarazo de una mujer. El estudio de imágenes también se puede solicitar después de la cirugía, para confirmar que el paciente se está recuperando bien. En todos los casos, puede llevar varias horas o días obtener los resultados de la prueba de ultrasonido, dependiendo de cuándo el médico tenga tiempo para interpretar las imágenes.
Para prepararse para una ecografía pélvica, la paciente deberá usar ropa holgada y cómoda, y es posible que le pidan que se cambie a una bata de hospital. La ecografía abdominal no debería causar ninguna molestia. La ecografía transvaginal puede ser algo incómoda, pero generalmente es menos desagradable que un examen pélvico manual. La ecografía rectal puede resultar incómoda para algunos pacientes, con un nivel de comodidad similar al de un examen rectal manual.