Las ampollas de fiebre, comúnmente conocidas como herpes labial, son causadas por el virus del herpes y ocurren dentro o alrededor de la boca. A menudo parecen estar levantadas y llenas de un líquido amarillento y, aunque generalmente son pequeñas, pueden ser bastante dolorosas. Algunas personas desarrollan fiebre leve con ampollas activas.
El virus del herpes que causa con mayor frecuencia ampollas febriles es el herpes simple tipo 1, que es bastante común. En los Estados Unidos, la mayoría de las personas se infectan con este virus antes de cumplir los 20 años.
Cuando una persona se infecta inicialmente, es posible que no desarrolle ampollas febriles de inmediato, y algunas personas nunca las contraen. El virus del herpes se instala en los tejidos nerviosos ubicados en la cara y, cuando se reactiva, pueden aparecer las ampollas. A menudo se repiten en el mismo lugar, pero generalmente no causan problemas de salud graves.
Otra forma del virus del herpes, el herpes simple tipo 2, es más comúnmente responsable del herpes genital. Este virus también afecta a los bebés nacidos de madres infectadas con herpes en el momento del nacimiento. Sin embargo, este tipo también puede causar ampollas febriles si infecta la cara.
Los virus del herpes son altamente contagiosos y cualquier contacto directo o indirecto con una ampolla puede causar una infección. Como tal, besar y compartir artículos como platos, toallas y artículos de cuidado personal con alguien que tiene un brote puede provocar una infección. A veces, las ampollas febriles pueden ser causadas por el contacto oral a genital con una persona infectada con herpes simplex 2. Asimismo, el herpes genital puede contraerse a través del mismo tipo de contacto con una persona que padece ampollas activas.
El lapso de tiempo desde la infección inicial por el virus hasta la erupción de las ampollas suele ser de una o dos semanas, aunque pueden pasar hasta tres semanas para que el primer brote se vuelva obvio. Por lo general, las ampollas duran entre una semana y diez días. Después de la infección inicial, el virus del herpes puede permanecer latente dentro de las células nerviosas, causando solo ocasionalmente un brote.
Después de la erupción inicial, los nuevos brotes tienden a ser leves. Muchas personas desarrollan síntomas antes de los brotes, que incluyen sensación de ardor, sensibilidad localizada, picazón u hormigueo. Estos signos pueden ocurrir hasta dos días antes de un brote.
Las ampollas febriles suelen desaparecer solas sin tratamiento, aunque existen medicamentos antivirales que pueden ayudar a reducir el dolor y acortar la duración de los síntomas. Algunas personas también encuentran alivio del dolor aplicando compresas frías o tibias en el área.