Una víctima de abuso mental infantil puede mostrar muchos signos de que está sufriendo daño mental y emocional. Entre los signos más comunes se encuentran comportarse de manera excesivamente dócil o mostrar una necesidad excesiva de afecto. El comportamiento demasiado agresivo también puede apuntar a un posible abuso mental en los niños y puede incluir agresión tanto mental como verbal. Además, un niño que sufre abuso mental puede intentar hacerse daño a sí mismo, desarrollar hábitos para apaciguarse o mojar o ensuciar su ropa o ropa de cama. Los intentos de suicidio también son a menudo una señal de abuso mental infantil.
Uno de los signos más comunes de abuso mental infantil es el comportamiento de quejas excesivas. Por ejemplo, un niño puede parecer desesperado por complacer a los demás y ganar la aprobación, especialmente la de los adultos. En algunos casos, es posible que un niño no pueda decir lo que quiere o le gusta porque considera que los deseos y necesidades de su abusador son más importantes que los suyos. Puede parecer temeroso de no complacer a los demás oa su abusador, parecer tímido a la hora de expresar su opinión o tener dificultades para negarse a hacer cosas que no quiere hacer.
Otro posible signo de abuso emocional es la excesiva necesidad de afecto. Si un padre que maltrata mentalmente está lejos y le niega afecto al niño, puede parecer hambriento de atención. Por ejemplo, el niño puede intentar ganarse el afecto de otros adultos o incluso aferrarse a otros niños que son mayores que él para este propósito.
A veces, los signos de abuso infantil mental incluyen comportamiento agresivo. Un niño que está siendo abusado mentalmente a veces puede lidiar con el estrés del abuso golpeando, lastimando o abusando verbalmente de otros. Un niño maltratado mentalmente puede enojarse rápidamente y tener dificultades para lidiar con la ira sin una explosión emocional. Además, un niño maltratado mentalmente puede experimentar un enojo que parece dramáticamente desproporcionado con la situación que lo hizo enojarse.
Los signos de abuso mental infantil también pueden ser de naturaleza física. Por ejemplo, un niño que sufre abuso mental con frecuencia puede balancearse hacia adelante y hacia atrás o mostrar signos de intentar apaciguarse a sí mismo. En algún momento, una víctima puede golpearse la cabeza contra una pared u otra superficie dura; otros pueden autoinfligirse heridas. Además, algunos niños que sufren abusos mentales tienen episodios frecuentes de mojar o ensuciar la cama o la ropa. Desafortunadamente, algunos incluso pueden intentar suicidarse.