La mayoría de las veces, cuando las personas hablan sobre la infección mamaria, se refieren a la mastitis durante la lactancia. La mastitis es una afección que se desarrolla en mujeres que amamantan, a menudo durante las primeras semanas o meses de amamantamiento. Hay un par de otros tipos de infección mamaria que vale la pena mencionar y, por lo general, no ocurren en mujeres que están amamantando.
Dado que la mastitis por lactancia es bastante común, merece un poco de discusión. Esta afección puede ocurrir unas semanas después del nacimiento de un bebé y generalmente es el resultado de la entrada de bacterias en el seno a través de pezones que tienen grietas o pequeñas aberturas, lo que causa inflamación del tejido mamario. A menudo, esta infección mamaria ocurre cuando los bebés tienen malas técnicas de agarre y generalmente ocurre en un solo seno. Los síntomas incluyen enrojecimiento alrededor del área de la infección, inflamación, malestar en el seno, sensación de que el seno está caliente o caliente y, a veces, fiebre. El tratamiento puede ser alentar la continuación de la lactancia materna y tomar antibióticos. También se puede sugerir consultar a un asesor de lactancia para corregir los problemas del pestillo para que la infección no vuelva a ocurrir.
Es posible contraer una infección de la mama cuando no se trata de amamantar. Algunas mujeres pueden desarrollar lo que se llama mastitis periductal, que afecta el área directamente debajo del pezón. Esto puede hacer que la mama se ponga roja y sensible, y las mujeres a veces sienten hinchazón de los ganglios linfáticos debajo del brazo. Tanto las mujeres que amamantan como las que no amamantan también pueden tener un absceso como resultado de una forma de mastitis no resuelta. Es posible que sea necesario tratarlos drenando el absceso.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que cada vez que hay un bulto o hinchazón en la mama, especialmente en mujeres que no amamantan, debe considerarse como un indicador potencial de cáncer de mama. Es posible que los médicos quieran realizar mamografías u otras pruebas para descartar esto. Tiene sentido tomar esta precaución dada la importancia del tratamiento temprano del cáncer.
Una infección mamaria no tiene por qué ocurrir dentro del seno. Existen algunas infecciones cutáneas comunes, que también pueden ser extremadamente incómodas. En particular, las mujeres con senos más grandes pueden ser propensas a contraer infecciones por hongos en la parte inferior de la mama, justo donde sobresale del pecho. Las infecciones bacterianas también pueden ocurrir en esta área. Si el área huele mal, está enrojecida, tiene la piel rota o cualquier evidencia de pus, las mujeres deben consultar a su médico. Por lo general, el tratamiento para este tipo de infección consiste en utilizar una crema tópica antimicótica o antibiótica. Estas condiciones suelen desaparecer en unas pocas semanas.
Aunque este artículo se ha centrado en la infección mamaria en mujeres, debe tenerse en cuenta que los hombres pueden desarrollar mastitis y, a veces, abscesos mamarios. Estas son condiciones raras en la población masculina, pero pueden ocurrir. Los hombres con dolor repentino, enrojecimiento, hinchazón o inflamación de la mama o el pezón deben buscar atención médica de inmediato.