Una úvula bífida es una úvula bifurcada o dividida en apariencia. La úvula es una estructura en la parte media posterior de la boca, ubicada frente a las amígdalas, que forma parte del paladar blando. Tener una úvula dividida a veces puede asociarse con problemas médicos, aunque este no es siempre el caso y no es inherentemente dañino. Esta variación anatómica se identifica con mayor frecuencia en la infancia durante los exámenes médicos de rutina de la boca.
La úvula se divide cuando hay variaciones en el desarrollo fetal que conducen a una fusión incompleta de los tejidos involucrados. En algunos casos, se asocia con una afección conocida como paladar hendido submucoso y también se observa en personas con labio leporino y paladar hendido. La úvula tiende a ser menos fuerte debido al desarrollo incompleto y la forma precisa del tenedor puede variar de un paciente a otro.
Alguien con una úvula bífida puede ser propenso a las infecciones del oído y puede desarrollar problemas del habla, aunque esto no es necesariamente siempre el caso. Estos síntomas suelen ser el resultado de un paladar hendido submucoso subyacente, en lugar de problemas con la úvula en sí. Algunos estudios también han demostrado un vínculo entre este defecto y los aneurismas de la aorta abdominal. Se cree que esto se debe a factores genéticos que pueden causar signos físicos, como úvulas bífidas, al tiempo que ponen a las personas en riesgo de problemas vasculares, como aneurismas.
Es inusual identificar una úvula bífida al nacer. Por lo general, un niño necesita crecer y desarrollarse antes de que la variación sea evidente durante un examen físico, y los padres no deben molestarse si las variaciones en la forma de la úvula no se identifican de inmediato. Cuando un pediatra o dentista reconoce un problema, es posible que recomiende pruebas de diagnóstico para obtener más información y averiguar por qué, especialmente si existen otras variaciones anatómicas que podrían sugerir una afección genética.
Si se recomiendan pruebas adicionales, puede ser útil consultar a un asesor genético para analizar los resultados. Un niño puede tener una condición genética benigna que causa una constelación de variaciones anatómicas relacionadas, o puede haber un problema subyacente más serio. En estos casos, puede ser útil trabajar con un profesional experimentado para obtener información y consejos útiles. Los padres deben ser conscientes de que las derivaciones para pruebas genéticas y asesoramiento no significan necesariamente que algo esté mal; es posible que un médico simplemente quiera estar seguro.