La amiloidosis macular es una afección cutánea o cutánea que se caracteriza por parches de piel planos y descoloridos llamados máculas. Se incluye en la categoría de trastornos denominados amiloidosis, que implica el depósito de proteínas amiloides en órganos o tejidos del cuerpo. Este tipo de acumulación generalmente causa daño a las áreas afectadas al impedir el funcionamiento normal.
Las máculas que caracterizan la afección son pruriginosas, lo que significa que producen una sensación de picazón intensa. El marrón o el gris son las manifestaciones de pigmentación habituales, siendo el lugar habitual de aparición la parte superior de la espalda. En algunos casos, las erupciones aparecen en los brazos.
La amiloidosis macular es una de las tres afecciones de la categoría de amiloidosis cutánea primaria, así como la más común. Los otros dos son liquen amiloidosis, que se caracteriza por elevaciones pruriginosas de la piel sólida liquenoide; y amiloidosis nodular, llamada así por sus pequeños bultos redondeados. Cada condición está asociada con la proteína receptora conocida como subunidad beta del receptor específico de oncostatina-M, o receptor de oncostatina-M. Algunos investigadores médicos creen que las mutaciones de esta sustancia pueden provocar la aparición de este tipo de enfermedades.
Aunque aún se desconoce la causa exacta, la comunidad médica ha propuesto dos posibilidades principales. La primera hipótesis se llama teoría del cuerpo fibrilar, que sugiere que hay dos grupos de células: fibroblastos, que funcionan como células del tejido conectivo; y macrófagos, glóbulos blancos que comen sustancias que presentan un riesgo de infección: convierten las células muertas prematuramente en la epidermis, o la capa externa de la piel, en amiloides. La otra explicación, la teoría secretora, sugiere que son las células basales, que se encuentran en la capa epidérmica más interna, las que forman el amiloide cuando se desintegran.
La amiloidosis macular es una afección que solo afecta a los adultos. Los estudios han demostrado que la enfermedad es más prevalente en mujeres que en hombres. Además, tiende a ocurrir con mayor frecuencia entre los sudamericanos, asiáticos y del Medio Oriente.
Existen diferentes tipos de métodos de tratamiento para la amiloidosis macular. Se utilizan antihistamínicos o antagonistas de la histamina, tales como clorfeniramina y difenhidramina, para inhibir el compuesto orgánico histamina, reduciendo así las alergias; y se aplican agentes tales como dimetilsulfóxido para reducir la inflamación. Otros métodos de tratamiento incluyen la aplicación de luz ultravioleta B (UV-B) y la escisión quirúrgica de las máculas. Sin embargo, aún no se ha ideado ni descubierto una cura totalmente eficaz o exitosa para la amiloidosis macular, y la enfermedad sigue siendo de larga duración y extremadamente difícil de erradicar.