Los dedos en garra son un tipo de deformidad del pie que se llama así porque los dedos se asemejan a las garras de un animal. La forma característica de los dedos en garra es una curva, con los dedos de los pies curvándose bruscamente hacia arriba y luego hacia abajo en forma de C. Las deformidades de los dedos en garra son causadas por un desequilibrio en la forma en que se contraen los tendones de los dedos. La causa subyacente de este desequilibrio suele ser el pie plano.
El movimiento de cada dedo del pie está controlado por seis conjuntos de músculos diferentes, así como por varios tendones. Los músculos sirven para estabilizar los dedos de los pies y se combinan con los tendones para regular el movimiento. Cuando el pie está desequilibrado de alguna manera, como ocurre en los pies planos, esto puede hacer que los músculos más grandes de los dedos dominen la capacidad de los músculos más pequeños para funcionar correctamente.
Varias deformidades estructurales del pie pueden resultar de este tipo de desequilibrio muscular. En el caso de los dedos en garra, la deformidad se desarrolla cuando un músculo llamado flexor corto de los dedos se contrae demasiado y domina los músculos más pequeños de los dedos. La fuerte contracción hace que el hueso medio del dedo del pie se tire hacia abajo. Esta acción hace que otra articulación del dedo del pie se doble hacia arriba, produciendo la característica curva en forma de C de la deformidad del dedo en garra. El síntoma más común de la deformidad es el dolor, que puede ir acompañado de complicaciones como callosidades o abscesos.
Una de las causas más comunes de los dedos en garra son los pies planos, lo que hace que el pie se alargue un poco y desequilibre los músculos de los dedos. Varias enfermedades neuromusculares, incluidas la parálisis cerebral y la esclerosis múltiple, también provocan el desarrollo de esta deformidad. Además, las enfermedades inflamatorias como la diabetes, la psoriasis y la artritis reumatoide pueden causar la deformidad del dedo en garra. Los dedos en garra son más comunes en las personas mayores y son cinco veces más comunes en las mujeres que en los hombres. Se desconoce la razón de este desequilibrio de género.
El tratamiento de los dedos en garra inicialmente implica medicación o terapia para tratar la causa subyacente de los problemas. Se pueden indicar medicamentos antiinflamatorios, antibióticos u otros medicamentos según la causa de la deformidad del dedo en garra. El uso de zapatos anchos o abiertos puede ayudar a prevenir más problemas, y se pueden colocar almohadillas para los zapatos para evitar ejercer presión sobre los dedos de los pies, lo que podría causar complicaciones. Estos tratamientos pueden resultar efectivos si la deformidad del dedo en garra es nueva, pero si los dedos del pie han estado trabados durante algún tiempo, puede ser necesaria una cirugía.
La cirugía de dedos en garra es el único tratamiento que puede corregir el defecto estructural si los tejidos blandos de los dedos se tensan y se vuelven rígidos. La cirugía consiste en recortar las articulaciones que hacen que los dedos de los pies se doblen, de modo que los dedos de los pies puedan enderezarse. Esta cirugía se llama artroplastia. Si esta cirugía no tiene éxito, se puede realizar un procedimiento adicional llamado artrodesis. En esta operación, los huesos de los dedos deformados se fusionan para restaurar la estructura normal y la movilidad del pie.