El sistema nervioso central (SNC) controla el funcionamiento de todo el cuerpo. Los estimulantes del sistema nervioso central son fármacos o sustancias que estimulan o excitan el sistema nervioso central, lo que le da al usuario una mayor energía, un estado de ánimo elevado y un mayor estado de alerta. Algunos estimulantes, como la cafeína y el ginseng, están disponibles sin receta. Otros, como las anfetaminas, están disponibles con receta médica, y otros, como la cocaína, no están aprobados para uso legal en algunos países. Los estimulantes pueden aumentar la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la temperatura corporal.
La cafeína, una sustancia que se encuentra comúnmente en el café, el té y muchos refrescos, es uno de los estimulantes del SNC más comunes. Los efectos de la cafeína son típicos de la mayoría de los estimulantes: un usuario puede sentirse más despierto, con más energía y puede tener una mayor capacidad de concentración. Sin embargo, una ingesta alta de cafeína puede sobreestimular el sistema nervioso central, produciendo fatiga, temblores y dificultad para concentrarse.
Existe una amplia variedad de fármacos psicoactivos que también actúan como potentes estimulantes del sistema nervioso central. Ejemplos de estos estimulantes o «estimulantes» son la cocaína, la metanfetamina, el éxtasis y las anfetaminas. Estas sustancias generalmente no están aprobadas para uso legal y se consideran drogas recreativas ilegales. Los estimulantes se pueden inhalar por la nariz, fumar, tragar o inyectar directamente en el torrente sanguíneo. El método de uso depende del fármaco específico. La cocaína, por ejemplo, se encuentra comúnmente en forma de polvo que se inhala por la nariz, mientras que el éxtasis se ingiere típicamente en forma de pastilla.
Algunas anfetaminas están disponibles en forma de receta y tienen una aplicación terapéutica médica. Estos medicamentos recetados, como el metilfenidato (Ritalin®), a menudo se usan para tratar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Cuando se toman en dosis cuidadosamente reguladas, estos medicamentos actúan sobre el sistema nervioso para que los pacientes estén más alerta y puedan concentrarse mejor. Se desaconseja enérgicamente el uso recreativo de estas drogas, ya que pueden crear hábito y una sobredosis puede provocar vómitos, convulsiones y pérdida del conocimiento. Si un paciente experimenta alguno de estos síntomas, incluso si toma una dosis prescrita, debe ser llevado a una sala de emergencias de inmediato.
Los estimulantes del sistema nervioso central suelen actuar rápidamente en el cerebro, provocando la liberación de grandes cantidades de la dopamina química, que produce una sensación de placer. Esta oleada de dopamina a menudo causará euforia y placer intenso, pero también puede generar ansiedad e inquietud. Los estimulantes son diferentes de los depresores y los alucinógenos, los cuales crean un estado de ánimo alterado a través de reacciones químicas con una sustancia química del cerebro, o neurotransmisor, llamado serotonina.