La tungiasis es una afección médica en la que la piel de una persona se infecta con un tipo de pulga. La pulga se esconde debajo de la piel y causa lesiones dolorosas. Estas lesiones ocurren principalmente en los pies y la parte inferior de las piernas de los pacientes, ya que la pulga no salta muy alto. Hay una variedad de opciones de tratamiento disponibles, sin embargo, las lesiones también pueden curarse por sí solas. Si no lo hacen, un médico puede eliminar la pulga o aplicar un medicamento en esa área de la piel.
La tripulación de Cristóbal Colón en el Santa María informó por primera vez sobre incidentes de tungiasis en Haití en el siglo XVI. Los conquistadores españoles posteriores también se vieron afectados por esta afección de la piel, hasta el punto de que tenían problemas para caminar. Hoy en día, los investigadores han identificado un tipo específico de pulga responsable de la enfermedad: la pulga excavadora o Tunga penetrans, también llamada pulga de arena. La pulga Tunga prefiere climas secos y cálidos y es originaria del Caribe y las Indias Occidentales. Aquellos que viven o viajan a América Latina, África, Pakistán e India también pueden levantar a este pequeño autoestopista en sus pies.
Cuando la pulga Tunga se esconde por primera vez debajo de la piel, deja un pequeño punto negro. Poco después, los pacientes notarán un área de enrojecimiento que se extiende con un punto negro que se agranda en el centro. En el transcurso de las próximas semanas, la tungiasis causa un nódulo blanco distintivo en la piel, aproximadamente del tamaño de un guisante. Muchas personas pueden sufrir múltiples lesiones.
La piel que rodea la lesión suele estar roja e hinchada. Muchos pacientes informan picazón y dolor, que a veces puede ser intenso. Si la tungiasis no se trata o el paciente sufre una infección grave, se pueden desarrollar complicaciones e infecciones secundarias potencialmente mortales. Se pueden formar úlceras, junto con gangrena, que pueden provocar la pérdida de dedos, pies o piernas. La tungiasis también puede provocar celulitis, tétanos y la muerte.
Algunos pacientes pueden curarse solos sin riesgo de complicaciones potencialmente mortales. La pulga Tunga muere en aproximadamente dos semanas y eventualmente abandonará el cuerpo a medida que se desprenden las células viejas de la piel. De lo contrario, los pacientes pueden responder a la aplicación de una capa de cera gruesa sobre la lesión, lo que puede asfixiar a la pulga. El médico también puede aplicar medicamentos antiparasitarios en la piel, que pueden incluir tiabendazol, ivermectina y metrifonato.
En casos más graves, es posible que la tungiasis deba tratarse con crioterapia, que implica congelar la lesión con nitrógeno líquido. El médico también puede recomendar la eliminación física de la pulga. Esto puede implicar la apertura de la lesión o su eliminación por completo.